lunes, 1 de agosto de 2011
DESCONCIERTOS (SALA Y WE WERE EVERGREEN)
Concierto celebrado el pasado Sábado 25 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: unas 50 personas.
Sin estar anunciados previamente, saltaron a escena como teloneros de Sala, los franceses We were evergreen, que con su especie de post-folk, o quizás sería mejor llamarlo “new-folk”, nos ofrecieron un concierto en el que primaron los sonidos refrescantes y originales, convirtiéndose el suyo en un descubrimiento más que satisfactorio. Con tan sólo dos años de andadura el trío formado por Michael, Fabienne y William se mueve como pez en el agua sobre el escenario, engrandeciendo sus canciones con un refinado y casi pueril sentido del humor, mucho desparpajo y una performance continua con la que dramatizan todo su repertorio, haciendo de sus actuaciones una especie de mini obra de teatro. En el plano estrictamente musical realizan un pop suave, melodioso e intimista con toques folk, en la onda de Simon and Garfunkel, consiguiendo eso tan difícil de lograr, que es sonar delicados sin caer en el moñerío tan típico del género. Gracias a unas melodías con mucho ritmo, unos poderosos toques electrónicos por aquí y por allá y unos trepidantes duelos vocales. En esta onda se mueven temas como “Vintage car” o “Eighteen”, siendo no obstante la divertidísima y refrescante “Penguins and moonboots”, la cima de su repertorio. Me agradaron su música, su puesta en escena y sobre todo su insultante buen rollo, cimentado en tres sonrisas perennes coloreando tres rostros felices, que resumen a la perfección el estilo de esta banda.
Sala Elassir, vocalista que da nombre a la banda Sala, es otro ejemplo de tipo ufano, simpático y agradable. Pese a que no tengo lo que se dice una sólida amistad con él, sí que nos conocemos, hemos charlado varias veces y tenemos un trato más que cordial, del que sin miedo a equivocarme deduzco que es un muy buen tío. Además de buen tío, Sala es un músico aceptable que le pone corazón y esfuerzo a lo que hace. Y estaréis pensando, ¿por qué cojones me cuenta el “Chulón” todo esto? Os cuento todo esto, porque este podría ser un magnífico ejemplo de uno de esos casos en el que poder hacer una crónica amiguista y edulcorada (os recuerdo que me llevo bien con Sala, me cae simpático, me parece buen tipo y su música lejos de ser horrible, a mí me parece más que decente) tan del uso por desgracia en la prensa musical independiente de este país y que sin embargo yo detesto y considero que debería ser erradicada de una puta vez por todas. Por eso, en vez de ocultar u obviar defectos y ensalzar y enfatizar virtudes, una vez más, voy a escribir de forma sincera y honesta sobre este compositor y su banda. Porque en el fondo, queridos lectores, la objetividad, por encima de amistades, cariños, beneficios económicos y acuerdos publicitarios, debería ser siempre el pilar sobre el que se fundamentasen entrevistas, crónicas, reseñas y artículos, aunque a la mayoría de las personas relacionadas de una u otra forma con los medios de comunicación en general y musicales en particular, esto les suene a chino.
Una vez hecho este importante matiz, hablemos ya del concierto de Sala en El Sol del mes pasado. El grupo en cuestión lo completan además del ya citado cantante, compositor principal y guitarrista, Oliver a la guitarra eléctrica, JC al bajo y Kjetil a la batería. Con menos de un lustro de andadura, Sala y los suyos han bebido fundamentalmente de las bandas más famosas en los últimos años del indie pop/rock británico y americano -The Strokes, The Hives, Artic Monkeys, Kings of Leon…-, teniendo su sonido claras reminiscencias del estilo de todas ellas. Su música por tanto tiene un claro tinte anglosajón y mezcla contundencia y frescura a partes iguales. El problema es que sus canciones no dejan de ser una especie de remake de otras canciones ya hechas por bandas con mucha más personalidad, virtuosismo y empaque, lo que provoca la sensación de que en definitiva las composiciones de Sala son copias bastante peores que las originales de las que beben: más anodinas, con menos ritmo y fuerza. La voz de Sala tampoco ayuda, puesto que le falta personalidad, y mucho menos aún las versiones de clásicos que desgranan en sus actuaciones: la del “So Lonely” de The Police fue regulera, pero es que la que hicieron del “All my living” de The Beattles fue horripilante. Aún así, como ya he remarcado anteriormente, Sala tienen un sonido bastante refrescante y le ponen muchas ganas sobre el escenario. Y además han conseguido componer dos grandes hits que se escapan de la media y poseen una fuerza arrolladora (son unos rompepistas en toda regla, vaya): “Tonight” y fundamentalmente “Margot” con la que cerraron una actuación que pese a no ser la repanocha, tuvo momentos brillantes. Su asignatura pendiente en el futuro deberá ser intentar crear un sonido mucho más personal, y si lo consiguiesen, desparpajo y talento no les faltan. Ojalá que así sea.
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