sábado, 4 de febrero de 2012

DESCONCIERTOS (MALACABEZA)









Concierto celebrado el pasado Jueves 17 de Noviembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 150 personas aproximadamente.

Debido a que, las cosas como son, las canciones, el estilo, los registros y la propuesta musical en general de Malacabeza me dejan bastante frío; apenas me emocionan, cautivan, subyugan ni motivan; y por tanto, en líneas generales, en esta humilde crónica de su pasado concierto en El Sol, va a haber más palos que halagos; voy a dejar bien clara una cosa desde el principio, sobre todo para que luego no aparezcan los comentarios de el/los listillo/s de turno dándome cera por pensar que mis opiniones en vez de surgir desde la sinceridad (aunque a veces a mí mismo me duela reflejarla), están motivadas por otras cuestiones tales como envidias, malos rollos con los grupos criticados, desavenencias y otras chuminadas y polleces varias del estilo: los miembros de esta banda en general y en especial sus dos pilares básicos, Ramonet Reche y sobre todo Joel Reyes, me parecen una gente maravillosa, cercana, humilde, trabajadora, entusiasta y simpática. Pude charlar con ellos después de esta actuación, compartiendo unas cervezas y me subyugaron sus conocimientos musicales, su amor por esta profesión, su ilusión, su sensatez y sobre todo su calidez y calidad humana. Quiero resaltar además, que lo que yo escribo en este blog no es ni más ni menos que mi opinión, que a su vez es el fiel reflejo de las sensaciones (positivas, negativas, frías, entusiastas…) que en mí provocan los diferentes artistas que desarrollan sus propuestas sobre el escenario y por tanto pueden ser diferentes, parecidas, iguales o diametralmente opuestas a las del lector, pero eso sí, sinceras. Por otro lado, es cierto que en muchas ocasiones me he despachado a gusto y he sido muy hijo de puta en mis comentarios y análisis, pero queridos amigos (o no), creo sinceramente que todo lo que escape de la crítica políticamente correcta, insulsa y anodina que por regla general es la que se hace en este país, es algo que hay que practicar, fomentar y difundir. Y si fulano de tal y su banda de menganos hacen una música que a mí me provoca arcadas y ganas de inflarlos a hostias, pues intentaré reflejarlo en este espacio de la forma más fehaciente posible, en vez de escribir las típicas mierdas del tipo: “tienen que mejorar”, “estuvieron flojitos”, “no fue su mejor día”, “tal vez su sonido sólo sea apto para paladares muy exquisitos”, etcétera, etcétera. Y para terminar, y como sabréis los habituales lectores del blog, este espacio ha sido desde el primer día de su creación también el vuestro, teniendo cabida todas vuestras opiniones y comentarios, que jamás he eliminado, cuestionado ni omitido. Así que si aún después de esta introducción sigues pensando que mis opiniones no son sinceras o bien que soy un gilipollas, un capullo, un mierda, que no tengo ni puta idea o cualquier otra cosa que se te ocurra, podrás perfectamente reflejarlo al finalizar esta entrada, algo que te agradeceré enormemente, porque quien a hostias verbales mata a hostias verbales merece morir.
Pero centrémonos ya en el concierto de Malacabeza, un grupo que comenzó como un proyecto en solitario de Joel Reyes (ex Baked Beans, no lo olvidemos) allá por el 2001 cuando comenzó a componer y escribir unas canciones que acabaron publicándose en 2009 en su homónimo primer disco. Tras este lanzamiento, Malacabeza cambió a formato de banda, siendo Reche el nuevo pilar en el que se sustenta el peso compositivo de los nuevos temas de este proyecto que aparecen compilados en su nuevo larga duración: “Pirómanos”, que es precisamente el disco que presentaron esta noche ante el público de la capital.
Estilísticamente, esta banda se mueve entre el pop y el rock, siendo los temas más pausados, las baladas y los medios tiempos, los más predecibles en general y los temas más enérgicos y moviditos los más disfrutables, pese a no ser tampoco nada del otro mundo. La falta de originalidad de su sonido, el hecho de que todas sus canciones suenen a algo ya conocido y escuchado hasta la saciedad, es sin lugar a dudas la mayor tara de Malacabeza. Por un lado, los temas más “pop” del repertorio poseen unas melodías demasiado planas y monótonas, faltas de fuerza y muy predecibles, con un tufillo a típico temita de radiofórmula que tiran pa´ tras. O bien suenan a pop ochentero trasnochado. O lo que es peor, algunos incluyen ciertos matices charangueros y pachangueros a lo orquesta de pueblo, que terminaron de dejarme helado. Y el caso es que aún con todo y eso, tuvieron una actitud sobresaliente sobre las tablas, demostrando un gran dominio del ritmo y el tempo de un buen directo y sobre todo, que son muy buenos músicos -sonido impoluto, gran coordinación, técnica exquisita-. De hecho, y pese a que no nos engañemos, ninguno de sus temas escapó de lo previsible, nos ofrecieron varios momentos gratificantes cuando explotaron su vena más rockera, sonando a algo ya conocido -Héroes del Silencio, Fito y Fitipaldis-, pero no por ello menos disfrutable. Destacaron sus acertadas y movidas versiones del “Resistiré” del Dúo Dinámico y de “Pánico en el edén” del gran Tino Casal. De su última largo, las sólidas “Pirómanos” y “Real”. Y como momento álgido, la interpretación de “Vida” junto con el bueno de Morti, que como siempre cumplió con nota. Me gustaría destacar también el plus de intensidad y sensibilidad con el que Malacabeza arremetió sus canciones más pausadas y reflejar que como invitado, también se subió al escenario el cantante Chuso Moya, que la verdad es que pasó bastante inadvertido.
 En definitiva, poca originalidad en un proyecto que a mí personalmente apenas me transmitió nada; compensada por altas dosis de profesionalidad y una buena actitud en escena. Lo que acaba provocando que de Malacabeza apenas recuerde ya ninguna de sus canciones por un lado; pero por otro, conserve un grato y perenne recuerdo de sus integrantes y de su despliegue de optimismo, ilusión y calidez.