No sé a quién se debe la elección de Joe la Reina como banda escogida para telonear a Tulsa en su concierto de despedida, pero lo cierto es que fue un acierto rotundo. La separación de la banda comandada por Miren Iza supone para los amantes de la buena música en general y para los degustadores de su pop/rock intimista y profundo con raíces americanas -sobre todo sureñas- hecho con enjundia y desde las tripas, entre los que me encuentro, un mazazo; principalmente porque siempre nos queda la sensación de que las propuestas que más se alejan del típico y tópico indie pop patrio más moña, anodino y recalcitrante (el de los Crepúsculos, los Papás Topos, los Punsetes y demás mierdas similares) son las que por unos u otros motivos acaban desapareciendo de la música de este país. Por eso, el hecho de que se escogiera a los noveles Joe la Reina -combo vasco navarro que practica una especie de folk/rock fresco y original, también de clara raíz americana, con trazas del Dylan más eléctrico, toques de los Fleet Floxes, aires fronterizos y retazos de música del Delta, escupido de forma emotiva e intensa- para abrir esta mágica (y triste) velada, fue una estimulante forma de decir: ojito, que unos se van, pero llegan otros que siguiendo una línea parecida (sobre todo, la del buen gusto) van a proporcionarnos también muchas satisfacciones. Y es que esta joven banda, que musicalmente también tiene mucho que ver con los vallisoletanos Arizona Baby (siendo estos no obstante mucho más áridos y los Joe la Reina más cálidos y luminosos en sus melodías), pese a que todavía se muestra algo deslavazada en directo (los nervios del principio les llegaron incluso a provocar que desafinasen bastante en los primeros compases de su actuación), demostró con canciones como “Killinberry blues”, “Hold your maker´s hand” y “Back to the south” que tienen madera de banda sólida y de calidad. Destacaron sobre todo sus guitarras zigzagueantes y la voz de su frontman, que en los tonos más bajos recordó a la del gran Bob Dylan y en los tonos más elevados e intensos a la de Alec Ounsworth de Clap your hands say yeah. Si os fiáis un poquito de mi criterio os aconsejaría que escuchaseis el que hasta la fecha es su único trabajo publicado, el E.P.: “Tudanca”, que a tenor de lo visto y escuchado en este concierto, no será lo único que publiquen a lo largo de su carrera. Tras el grato descubrimiento de Joe la Reina, llegó el momento más esperado de la noche: la actuación de Tulsa, que paradójicamente suponía a su vez algo que seguramente ninguno de los asistentes hubiesen esperado y mucho menos deseado hace apenas unos meses: el final, al menos de momento, de la carrera del grupo comandado por Miren y su fiel escudero Alfredo Niharra. Vamos, que había muchas ganas de ver a Tulsa en directo, de arropar a sus miembros en esta difícil noche, pero de lo que no había ganas era de asistir a su último concierto como banda. Y es que jode que uno de los grupos que más han aportado a la música independiente española en este último lustro, acabe por desaparecer. Jode porque sus dos discos publicados: “Sólo me has rozado” (2007) y “Espera la pálida” (2010) son una delicia. Jode porque sus directos han sido siempre magníficos (incluso en una noche tan difícil para ellos como la del pasado martes, en que las emociones estaban a flor de piel, consiguieron sonar de forma impoluta, brillante e intensísima). Jode porque las nuevas canciones que tocaron en esta última actuación: “El francés”, “Verano averno” y “Tus flores” (compuesta por Ricardo Lezón de McEnroe) nos demostraron que a Tulsa todavía le quedaban muchos grandes temas por regalarnos. Y jode porque la emotiva y desgarradora voz de Miren alcanzó en este último bolo unas cotas de intensidad y calidad que no hacen sino encumbrarla aún más en el podium de mis más queridas preferencias. Llegados a este punto me gustaría recordar algo que ya escribí sobre ella en este mismo blog hace poco más de un año y que espero sirva como un humilde homenaje que le dedico por los buenos momentos que me ha proporcionado con su portentosa voz:
martes, 20 de septiembre de 2011
DESCONCIERTOS (TULSA Y JOE LA REINA)
Concierto celebrado el pasado Martes 13 de Septiembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: lleno a reventar.
No sé a quién se debe la elección de Joe la Reina como banda escogida para telonear a Tulsa en su concierto de despedida, pero lo cierto es que fue un acierto rotundo. La separación de la banda comandada por Miren Iza supone para los amantes de la buena música en general y para los degustadores de su pop/rock intimista y profundo con raíces americanas -sobre todo sureñas- hecho con enjundia y desde las tripas, entre los que me encuentro, un mazazo; principalmente porque siempre nos queda la sensación de que las propuestas que más se alejan del típico y tópico indie pop patrio más moña, anodino y recalcitrante (el de los Crepúsculos, los Papás Topos, los Punsetes y demás mierdas similares) son las que por unos u otros motivos acaban desapareciendo de la música de este país. Por eso, el hecho de que se escogiera a los noveles Joe la Reina -combo vasco navarro que practica una especie de folk/rock fresco y original, también de clara raíz americana, con trazas del Dylan más eléctrico, toques de los Fleet Floxes, aires fronterizos y retazos de música del Delta, escupido de forma emotiva e intensa- para abrir esta mágica (y triste) velada, fue una estimulante forma de decir: ojito, que unos se van, pero llegan otros que siguiendo una línea parecida (sobre todo, la del buen gusto) van a proporcionarnos también muchas satisfacciones. Y es que esta joven banda, que musicalmente también tiene mucho que ver con los vallisoletanos Arizona Baby (siendo estos no obstante mucho más áridos y los Joe la Reina más cálidos y luminosos en sus melodías), pese a que todavía se muestra algo deslavazada en directo (los nervios del principio les llegaron incluso a provocar que desafinasen bastante en los primeros compases de su actuación), demostró con canciones como “Killinberry blues”, “Hold your maker´s hand” y “Back to the south” que tienen madera de banda sólida y de calidad. Destacaron sobre todo sus guitarras zigzagueantes y la voz de su frontman, que en los tonos más bajos recordó a la del gran Bob Dylan y en los tonos más elevados e intensos a la de Alec Ounsworth de Clap your hands say yeah. Si os fiáis un poquito de mi criterio os aconsejaría que escuchaseis el que hasta la fecha es su único trabajo publicado, el E.P.: “Tudanca”, que a tenor de lo visto y escuchado en este concierto, no será lo único que publiquen a lo largo de su carrera. Tras el grato descubrimiento de Joe la Reina, llegó el momento más esperado de la noche: la actuación de Tulsa, que paradójicamente suponía a su vez algo que seguramente ninguno de los asistentes hubiesen esperado y mucho menos deseado hace apenas unos meses: el final, al menos de momento, de la carrera del grupo comandado por Miren y su fiel escudero Alfredo Niharra. Vamos, que había muchas ganas de ver a Tulsa en directo, de arropar a sus miembros en esta difícil noche, pero de lo que no había ganas era de asistir a su último concierto como banda. Y es que jode que uno de los grupos que más han aportado a la música independiente española en este último lustro, acabe por desaparecer. Jode porque sus dos discos publicados: “Sólo me has rozado” (2007) y “Espera la pálida” (2010) son una delicia. Jode porque sus directos han sido siempre magníficos (incluso en una noche tan difícil para ellos como la del pasado martes, en que las emociones estaban a flor de piel, consiguieron sonar de forma impoluta, brillante e intensísima). Jode porque las nuevas canciones que tocaron en esta última actuación: “El francés”, “Verano averno” y “Tus flores” (compuesta por Ricardo Lezón de McEnroe) nos demostraron que a Tulsa todavía le quedaban muchos grandes temas por regalarnos. Y jode porque la emotiva y desgarradora voz de Miren alcanzó en este último bolo unas cotas de intensidad y calidad que no hacen sino encumbrarla aún más en el podium de mis más queridas preferencias. Llegados a este punto me gustaría recordar algo que ya escribí sobre ella en este mismo blog hace poco más de un año y que espero sirva como un humilde homenaje que le dedico por los buenos momentos que me ha proporcionado con su portentosa voz:
MIREN IZA (LA MUSA QUE TODO POETA MALDITO QUISIERA TENER): que hay muchas voces bonitas dentro del mundo de la música es una verdad como un templo. Pero que haya voces que además de bonitas sean únicas y personales ya no lo es tanto. La voz de Miren Iza es arrolladora, rota a veces, potente otras, luminosa, triste, alegre, sensual siempre, hipnótica, mágica, en definitiva ÚNICA. Y qué decir de su presencia, de ese rostro expresivo que remarca con dolor las palabras de desamor, que se ilumina con los textos alegres, que es el reflejo de un alma desgarrada constantemente. Miren Iza es el reflejo del amor que duele, es decir del verdadero amor, es el rostro de los nubarrones del alma, de las brumas grises del corazón, es la musa que todo poeta maldito quisiera tener. Porque la desazón, el desparramar los fantasmas que atormentan el espíritu en forma de intensidad interpretativa es la verdadera Belleza, esa belleza interior que verdaderamente arremolina los corazones más angustiados como el mío. Hacia mucho que no veía nada tan hermoso, hacía mucho que nadie desnudaba de verdad su alma sobre un escenario, que dejaba de actuar para mostrar realmente su turbador interior tal y como es: un ramo de rosas negras en forma de corazón mecido por las ventiscas del desamor.
Y es evidente que yo no soy el único que se ha jodido. Están jodidos también todos los que abarrotaron El Sol en esta despedida, muchos periodistas y críticos musicales de esos que no se casan con nadie y también muchos compañeros de gremio que no quisieron perderse tan señalada fecha: entre el público presente estaban varios miembros de Amigos Imaginarios (Santi Campos incluso subió a cantar junto a Tulsa el tema “Algo ha cambiado para siempre”, de forma bastante desafortunada todo hay que decirlo), Coque Malla, Óscar Maya y Lourdes Hernández entre otros.
Menos mal que para pasar el mal trago, Tulsa nos regalaron un puñado de joyas en forma de canciones: “Matxitxako”, “A mis brazos” (versión en castellano del “Into my arms” de Nick Cave), “Araña”, “Seguramente me lo merezco” y ya en la primera tanda de bises una magistral versión también en castellano del “Till the next goodbye” de The Rolling Stones y en la segunda las tristísimas: “Contigo tocaré el cielo” y la ya mencionada “Tus flores”.
Y poco más que decir, bueno sí: gracias y que os vaya bonito.
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