lunes, 9 de enero de 2012

DESCONCIERTOS (THE POLECATS Y NU NILES)



Concierto celebrado el pasado Sábado 12 de Noviembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 150 personas aproximadamente.

El sexto trabajo de estudio de los barceloneses Nu Niles ha sido producido por Martin “Boz” Boorer, ahora más conocido por ser el actual director musical de la banda de Morrisey, pero sobre todo para los amantes del Rockabilly británico, por ser uno de los miembros fundadores de The Polecats allá por 1977; por lo que no es de extrañar que ambos compartiesen escenario en la capital en esta mágica velada, en la que a la postre, precisamente el gran ausente fue el propio “Boz”.
El homónimo último trabajo del grupo catalán estuvo a punto de no ver la luz por el accidente sufrido por su baterista Blas Picón, pero finalmente decidieron grabarlo sustituyéndolo por el notable Anton Jarl de “Mambo Jambo”. Este disco es el que precisamente presentaron esta noche ante la parroquia madrileña, aunque también cayeron temas de trabajos anteriores: “I let mess her my hair” (“Destination Know”), “Shot shot shot” (“You didn´t come to my funeral”) -de su época de composiciones escritas en inglés-, “Every nena”… De las nuevas destacaron: “Bajo tu colchón” (de lo mejorcito que han compuesto en su carrera), “No lo vi venir” y “Nada será eterno”, que demuestran la línea continuista de las composiciones de Cobo, Kovacevic y Picón con respecto a largos pasados, pero con un poso más pausado y clasicista (el hillbilly a pasado a mejor vida y las reminiscencias con bandas primigenias del Rock and Roll en la Ciudad Condal como Los Rebeldes, son cada vez más evidentes), con el castellano como lengua elegida para transmitir sus mensajes y con un mayor número de matices en las melodías. La fuerza la sigue poniendo no obstante el poderoso Iván Kovacevic al contrabajo, que estuvo inmenso sobre todo en la contundente “El crujir de tus rodillas” (de los mejor de la noche). La mano de Boorer también se nota en muchos de los temas, algo que inevitablemente nos trae a la mente a los Stray Cats, ya que el salvajismo punk de The Polecats es algo que no ha empapado la pureza del sonido de Nu Niles. Una pureza y corrección en la ejecución que ya son marca de la casa y que les ha servido para ganarse el respeto y el cariño del público. Un respeto que por supuesto yo también les profeso, pero que aún así no evita que una vez más me quede la sensación de que el trío barcelonés podría dar mucho más de sí, que sigue ofreciéndonos shows demasiado estáticos y que podrían si quisiesen dotar de una mayor garra, contundencia y alma a unas composiciones que no acaban de explotar con toda la fuerza que deberían. Algo que esta noche fue más evidente que nunca cuando a continuación saltaron a escena unos incendiarios The Polecats que derrocharon fuerza y clase a raudales, sobre todo gracias a un hipermotivado Tim Worman, que demostró lo que significa salir a comerse el escenario a “bocaos”; y eso pese a que ya no tienen nada que demostrar a estas alturas de la película, en la que ya han escrito con letras de oro su nombre en la historia musical del Rock and Roll, sobre todo gracias a ese “Polecats are go!” (1981), que es sin duda uno de los mejores discos de rockabilly europeos de todos los tiempos.
Y es que treinta y tantos años después de su formación, la banda londinense sigue en un estado de forma acojonante y derrochando altas dosis de esa energía tan cercana al punk, que ha definido su sonido, sus trabajos de estudio y sus directos hasta día de hoy. Si a ello le sumamos que poseen un repertorio plagado de canciones memorables -“Big green car”, “Get ready Amber”, “Hip hip baby”, “Sunglasses”, “Crash the party” y por encima de todas ellas las míticas “Make a circuit with me” y “Rockabilly guy”- que encima aderezan con versiones brutales de clásicos como la del “John I´m only dancing” de Bowie con la que abrieron su actuación, la de “Jeepster” de T-Rex (trepidante y cercana al “psycho”) y la del “What do I get” de The Buzzcoks (salvaje); que imprimen un ritmo trepidante a sus actuaciones (ésta, con dos tandas de bises incluidos) y que son capaces de mezclar con sapiencia el sonido de Stray Cats con la fiereza de los más grandes iconos del punk de la historia; es evidente que asistir a uno de sus directos sigue siendo a día de hoy una experiencia inolvidable.
Sudor, garra, riffs endiablados, toques surf, un poquito de punk y un mucho de Rock and Roll es la fórmula de su éxito. Y por encima de todo, unas enormes ganas de seguir disfrutando con la música y de seguir demostrando lo grandes que son, sin buscar vivir de rentas pasadas y siendo igual de inconformistas que cuando surgieron.
Conciertazo el suyo.



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