ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 2): más de doscientas personas truncaron con sus murmullos primero y sus insulsas conversaciones a voz en grito después, el fin de la actuación de Zahara y toda la actuación completa de Brett. Fue indignante. La pobre cantautora tuvo que elevar su voz por encima de sus registros habituales para hacerse oír, pero por momentos era imposible ni tan siquiera llegar a escucharla. En su última canción demostró su arrojo e irritación haciendo una serie de juegos vocales inverosímiles mientras miraba maliciosamente al irrespetuoso público haciendo que los pocos que sí la prestaban atención y algunos de los miembros del personal de la sala rompiésemos a aplaudirla.
ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 3): en ese momento el resto del maleducado grueso del público también la aplaudió sin saber por qué lo hacíamos los demás ni darse por aludidos. Simplemente creían que ya había acabado su actuación. Los que me leáis habitualmente, sabréis que suelo arremeter contra un tipo de seres humanos a los que suelo denominar gafaplastas, coolistas de palo, indiespotistas ilustrados y demás lindezas. Ayer, exceptuando a cien personas que acudieron al bolo para disfrutar realmente de unos artistas que les gustaban, las otras doscientas personas adscritas al movimiento "soy-guay-porque-conservo-la-entrada-en-casa-del-concierto-de-Brett-y-tengo-una-colección-de-los-cincuenta-mejores-musicales-indostanís-en-versión-original-de-la-historia", me dieron la razón.
ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 4): y mi razón es que en este país hay un creciente movimiento de intelectualoides de pega que quieren presumir de coolismo entre sus amigos acudiendo a ver determinadas manifestaciones artísticas que están de moda porque lo dicen las sagradas publicaciones de tendencias de las que beben, pero a los que en el fondo se la sudan dichas manifestaciones y sólo acuden por ejemplo, a conciertos como el de ayer, para tener algo de lo que hablar a sus mismos compinches intelectualoides hoy. Por eso los detesto. Y es que sólo en este tipo de conciertos ocurre esto.
ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 5): porque la gente normal, que no se mueve por imposturas ni modas, acude a un concierto sólo si el grupo que toca les gusta. Por eso los simplones heavys, rockeros, metaleros y hiphoperos (que los gafaplastas detestan por ser precisamente gente normal), sólo escuchan y ven en directo a grupos que les hagan vibrar y al resto simplemente ni los escuchan ni los ven en directo. ¿No me creéis?
ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 6): ayer una señora que estuvo hablando a voces durante toda la actuación de Zahara justo enfrente de mí, sin hacerla ni puto caso (de hecho estaba de espaldas al escenario); al ver que desde la barra mi compañero y yo la aplaudíamos para demostrarla nuestro apoyo ante la falta de respeto por parte del público que estaba viviendo, nos miró y con una sonrisa nos dijo: ¿Qué bien canta, eh? ¿Cómo se llama? Con ganas de darla en la cabeza con la botella de Cacique me quedé. Vamos no me jodáis: lejos de darse por aludida sacó la fiera gafapástica que llevaba dentro y nos ofreció una dosis de imposturismo y falsedad de la que sólo esta súper-raza es capaz de lograr.
ZAHARA Y BRETT DENNEN (A MÍ LA LEGIÓN Y 7): y por si fuera poco, al acabar la actuación de la telonera, otra indielectual del sector le preguntó a su novio delante de nuestras narices: "Cari, ¿ya se ha acabado el concierto, sabes si ahora va a cerrar el garito?". Vamos que esta ni siquiera sabía quién cojones iba a tocar. A esta la hubiese dado en la cabeza con la botella de Barceló que está más maciza.
ZAHARA: dulce, de belleza lolística, con su vestidido azul y sus zapatitos rojos. Me recordó mucho a la Lourdes nerviosa y un poco aturdida que tocó en El Sol hace ya más de un año cuando nadie la conocía aún. La típica chica buena que quieres como novia pero que por ser tan buena te has aburrido de ella a las dos semanas. Y musicalmente: pues muy blandita. Demasiado para mi gusto. Pero bastante tuvo ayer la pobre con lidiar ayer con el garrulismo imperante en el público. Y demostró elegancia, arrojo y tablas para concluir pese a todo, su actuación más que dignamente. Aunque todos sabemos que se hubiese quedado más a gusto reventando su guitarrita a hostiazo limpio sobre la cabeza de más de uno, de dos y de cien.
BRETT DENNEN: dulce, de voz dulce, pelazo colorado como el de Pumuky y con cara rolliza de zampatigretones entrañable. Y musicalmente: aburridillo, plomizo y tedioso. Lo siento: no puedo con el folk y menos con el cansi-folk. Además el pobre se vio desbordado por la falta de respeto del público y tuvo que hacer virguerías vocales (elevando su voz hasta límites excesivos para sus cuerdas vocales) para poder ser escuchado medianamente bien por la gente que sí le prestaba atención.
Lo dicho: a mí este estilo de música no me gusta, pero aplaudí a los dos artistas que tocaron ayer en El Sol porque al menos yo sí respeto y valoro a todo aquel que se sube a un escenario. Mucha gente de la que acudió ayer, pagando dieciocho eurazos, y hoy presumirá de haber visto en directo al autor de canciones que han salido en series como "House" y "Anatomía de Grey", no pueden decir lo mismo. Porque a ellos sólo les gusta aparentar y fardar de gustos cool, pero de respeto saben muy poco o nada.
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