viernes, 26 de agosto de 2011

DESCONCIERTOS (STILL NASTY Y LOWDOWN)



Concierto celebrado el pasado Sábado 9 de Julio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 80 personas aproximadamente.

Sin duda, en el mundo de la música las formas importan (vestuario, actitud, estilismo, fotos promocionales…). Lo que ocurre es que unas buenas formas e incluso unas formas imponentes jamás pueden ocultar un mal fondo. En cambio, cualquier tipo de fondo (“apañao”, decente, bueno u excelente) siempre puede ser enriquecido por las formas adecuadas. Hago estas aclaraciones porque cuando saltaron Lowdown a escena, se pusieron antes nuestros ojos tres chavales con unas “pintillas” más esteriotipadas que auténticas y un estilismo un tanto deslavazado. Unas formas por tanto, digamos que no del todo bien escogidas y que ya de primeras, causaron un efecto mucho más negativo que positivo a la hora de prejuzgar al grupo en cuestión. Unas formas que si hubiesen estado más trabajadas hubiesen enriquecido un fondo que en cambio sí que funcionó bastante bien y que sin duda ayudarían a Lowdown a crecer en este mundillo tan competitivo y complicado, por no decir jodido. Porque en el plano meramente musical, este trío demostró tener un buen directo, unas buenas canciones y una buena actitud sobre el escenario. Y es que, sin llegar a ser su calidad exultante y pese a algunos defectillos que deben ir puliendo con el paso del tiempo, lo cierto es que Lowdown es una más que decente, que se mueve con soltura por diversos géneros como el grunge o el trash metal, siendo no obstante el estilo que mejor los define el del punk/rock de bandas como Bad Religion, a quienes me recordaron y mucho. Quizás el elemento más original del grupo sea el hecho de que cuentan con dos vocalistas (guitarrista y batería) lo que otorga un plus de dinamismo y empaque a sus composiciones. Unas composiciones con letras en inglés que siguiendo la tradición del punk clásico son trallazos veloces y directos que raramente superan los tres minutos de duración. De entre todas destacaron “Soh Toh Rah Mah”, “Cyclops”, “Horror Dog”  -pertenecientes a su disco “Y is a crooked setter”- y sobre todo “Big Man” -del álbum “Revolver II”-. Cumplieron de sobra.
Still Nasty demostraron a su vez que están un escalón por encima de grupos como los propios Lowdown, y que progresan, o mejor dicho maduran adecuadamente. Y hablo de madurez porque es precisamente ésta la que les ha otorgado una mayor serenidad escénica y sobre todo una seguridad, un empaque y un pulso que les permite sonar ahora mucho más contundentes y sobrios que hace unos años (iniciaron su andadura en 2005), lo que les ha llevado a lograr un salto cualitativo innegable. Buena prueba de ello es su poderoso último trabajo: el E.P “Weathervanes” que precisamente presentaron en esta actuación y que contiene cuatro temas robustos, profundos, densos, sobrios y embriagadores que suponen una sublimación del post rock oscuro y contundente (sin olvidar sus también claras influencias del sonido Seattle de los 90´s) que siempre ha sido la seña de identidad de esta banda desde sus inicios y que por tanto también caracterizaba a las canciones del que es su único largo editado hasta la fecha: “Once & for all”. La fórmula con la que están alcanzando unas cotas tan altas de calidad consiste en funcionar como una maquinaria pesada, aplastante y sin fisuras en la que la batería y el bajo marcan el ritmo con una fuerza avasalladora, las guitarras se elevan con riffs robustos y poderosos y por encima de todo, surge la poderosísima e hípermasculina (en la onda de Vedder, Peter Murphy o Eldricht) voz de un Víctor García que aglutina todo el peso de la formación con una fuerza increíble. De su excelente concierto destacaron las interpretaciones de esas cuatro soberbias canciones que ya he dicho antes, componen su último E.P.: “Gabriel”, “Nimble”, “Weathervanes” y por encima de todas ese potente, veloz y despiadado hit que es “Incide & Outside”; y una “versionaca” de Stone Temple Pilots que se atizaron, en la que Víctor se transformó ante nuestros ojos en Scott Weiland de forma brillante. Como anécdota de la noche, vivimos un momento bastante moña (aunque reconozco que hay que tener los cojones cuadrados para atreverse a hacer algo así) cuando el bajista Jorge Sidera mandó a su novia que subiese al escenario y le pidió matrimonio delante de todos los presentes. Y por cierto, entre lágrimas en los ojos, le dijo que sí….


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