viernes, 9 de diciembre de 2011

DESCONCIERTOS (GUADALUPE PLATA Y WALTER DANIELS)



Concierto celebrado el pasado Martes 8 de Noviembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: lleno.
Hace cuatro meses los andaluces Guadalupe Plata pusieron El Sol patas arriba, en esa ocasión acompañados de los acojonantes Sogorda y Surfea. Cuatro meses después, los de Úbeda junto con el armonicista de Austin Walter Daniels, lo han vuelto a hacer: han vuelto a hacer temblar los cimientos de la sala, han vuelto a dar uno de los conciertos del año en la capital, han vuelto a demostrar que son una de las bandas más revitalizadoras, originales y personales de nuestro país y sobre todo, han vuelto a demostrar que poseen un directo muy difícil de igualar por ningún otro grupo u artista.
Y es que en esta última gira, al tratamiento casi salvaje, enloquecido y psicótico de géneros como el blues de los pantanos, el rock e incluso el rockabilly, de un primitivismo adictivo, al que nos tienen acostumbrados Guadalupe Plata, hay que añadirle además la figura de un Walter Daniels -“The feedback harmonica king”-, que a su vez, es otro revitalizador de géneros como el punk-rock, el blues y el country, gracias a su endiablada forma de tocar la armónica y a su forma de cantar colérica e hiriente, utilizando para ello el micrófono de la propia armónica, lo que crea un efecto que te acuchilla los sentidos hasta hacerlos sangrar de placer y que se complementa como llaga al dedo con los afilados solos de guitarra y con los encorajinados, escuetos y explícitos alaridos de Perico de Dios, con las bases cenagosas del batería Carlos Jimena y con los lamentos extraídos por Paco Luis Martos de su contrabajo casero “made in averno” con accesorios tales como serrucho y barreño para drenar sangre en las matanzas. Multiplicando el cuarteto hasta la excelencia los de ya por sí acojonantes registros que poseen por separado, tanto el trío español como el americano del gaznate profundo (“Siñor David, one more Jim Bean and otra beer”, repetido una docena de veces en un recorrido infernal plagado de eses y múltiples intentonas de abandonar la sala por varias salidas de emergencia, por el “office” y por los baños, que terminaban por conducirle de nuevo a mis dominios, hasta que acabó por fin encontrando la puerta de salida. Excesivo pues en todos los ámbitos, el bueno de Walter). Ofreciéndonos un concierto sin parones ni respiro, de ritmo frenético, impetuoso y brutal y con un sonido brillante. Provocando de nuevo el éxtasis en un público que se entrega a estos animales de escenario desde los primeros acordes y es vapuleado hasta el desmayo, en cada nueva homilía orgiástica musical protagonizada por estos músicos sobre el escenario.
En esta ocasión, con un repertorio acertadísimo en el que se incluyeron salvajes versiones de clásicos como Hound Dog Taylor, temas de Daniels y sobre todo en una recta final incendiaria, buena parte de las canciones que componen el brillante disco debut de los jienenses, que con la aportación del norteamericano se tornaron aún más frenéticas, incisivas y lisérgicas. Que esta gira conjunta haya sido denominada como “Satán”, no es de hecho ninguna fanfarronada, porque nunca antes estribillos como “¿Qué se siente al matar un gatito?” de “El gatito” o “Disparas tú o disparo yo” de “Lorena”, habían sonado tan despiadados. Mención especial merecen también esas “Serpiente negra” y “Satánica” que volvieron a recordarnos a Jonh Spencer y Tito & Tarántula, pero con un plus de distorsión y primitivismo animal, casi enfermizos.
Sin concesiones ni medias tintas, apostando todo al rojo sangre y ganadores como son, volviendo a apostar las ganancias obtenidas al negro abismo.
Guadalupe y Walter, antídoto de almas hastiadas de toda esa bazofia musical que nos rodea, en forma de veneno. ¡Bendito veneno maldito!




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