jueves, 24 de noviembre de 2011

DESCONCIERTOS (LOS CUANTOS Y SOUTHERN ARTS SOCIETY)


Concierto celebrado el pasado Jueves 3 de Noviembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 75 personas aproximadamente.

La banda afincada en Sevilla, liderada por el londinense Andy Jarman, Southern Arts Society, se acercó a la capital para presentar los temas de su tercer disco: “Another life”. La de Jarman es una vida dedicada a la música. Sus orígenes hay que buscarlos en su país natal cuando formó parte de A Popular History of Signs. En la década de los 90´s se trasladó a España, en concreto a la ciudad hispalense, y allí siguió rindiendo pleitesía a su máxima pasión, creando la discográfica independiente Colectivo Karma y las bandas Strange Fruit y Aquaplane. Desde mediados de la década pasada, comenzó a fraguar los cimientos de este su último proyecto hasta la fecha. Un proyecto que en su homónimo álbum de debut fue prácticamente un trabajo casi personal, en el que todavía no se sentían ni percibían apenas las aportaciones del resto de componentes de la banda. Con su segundo disco, el más que recomendable “Burning Sand”, “SAS” ya comenzó a funcionar como un grupo en el que se repartían más equitativamente los méritos, algo que ya es del todo patente en este último largo que hoy presentaban. Porque aunque es más que evidente que el peso de la banda lo sigue llevando el elegante Andrew, buscador empedernido de la melodía perfecta, ahora en las nuevas canciones se multiplican los matices gracias sobre todo a la labor de los guitarristas Israel Diezma y Javi Mora. La parte más pop del sonido de SAS, la aporta Jarman con su voz cálida y susurrante y con unas composiciones en las que prima la melodía sobre cualquier otro aspecto. Unas melodías oscuras y conmovedoras que me recordaron a los últimos trabajos del maestro Peter Murphy. La parte más rockera -dramática y vibrante- la aportan Diezma y Mora con sus riffs de guitarra etéreos, zigzagueantes, enérgicos… infinitos, que en muchos momentos me recordaron a su vez, a esa forma de tocar tan lacónicamente hermosa, de ese otro maestro que es Chris Rea. Porque a excepción de algún tema como la más colorista “Andalusian Morning”, en el nuevo disco de SAS priman las atmósferas bucólicas, melancólicas y profundas, en lo que supone un alegato que parece querer enseñarnos lo hermosa que puede llegar a ser la tristeza cuando se define de forma tan exquisita como en “Drink”, “Town to Town” y sobre todo en esa maravilla que es “The Cazador”. Una maravilla, que quedó patente en esta emotiva, conmovedora y brillante actuación.
Si a uno de los pilares fundamentales -Kim Warsén- de a su vez uno de mis grupos patrios favoritos -Ginferno-, le sumas además el talento de otro tipo igual de arriesgado, desgarrador y profundo como es Javier Colis, y encima lo aliñas todo con la participación de Julen Palacios, Adrián Ceballos y Gloria March, provenientes todos ellos de proyectos tan atrayentes como Vamos a morir, Mil dolores pequeños, Rip KC y Familia Atávica entre otros; el resultado obtenido como no podía ser de otra forma, es el de una banda que suena a vendaval y te arrolla como una apisonadora. Para poneros en antecedentes, no estaría mal que conocieseis los proyectos paralelos de Warsén y Colis, donde ya desarrollan gran parte de las características sonoras que a su vez definen a Los Cuantos. Si tenéis a bien hacerlo, aquí os dejo dos enlaces con las crónicas que un servidor escribió con motivo de las últimas visitas a El Sol de Ginferno y Javier Colis y Las Malas Lenguas respectivamente.



En esta ocasión y pese a toda una serie de contrariedades (problemillas con un “ampli” y con los monitores que provocaron varios acoples y la sensación de que sobre todo Kim no se acabó de sentir del todo a gusto en escena) que me da a mí en la nariz que a su vez hicieron que Los Cuantos finiquitasen su actuación por la vía rápida (tan sólo duró cuarenta minutos pelaos), juntos y revueltos, generaron una descarga sonora de nuevo extenuante, abrumadora y excitante, que es la que se recoge en su álbum de debut "Love Love Love". ¿Cómo definir los ingredientes de este cocktail explosivo? Medio litro de Jon Spencer Blues Explosion, un buen chorrazo de The Doors, cien gramos de Faith No More, unas gotitas de The Cramps, unos toques de Grinderman y de Nick Cave, se agita la coctelera con cojones, mejor dicho, se distorsiona con muchos cojones, y finalmente se aromatiza con oscura esencia a lo Joy Division y voilá, obtienes un exquisito elixir profundo y con mucho cuerpo, gracias sobre todo a la hipermasculina voz de Kim, que irremediablemente recuerda a la del gran Andrew Eldritch de The Sisters of Mercy (que por cierto tocan este domingo en Madrid), que rompe en el paladar (o mejor dicho en los oídos) con la fuerza de un tornado por su enorme carga de rock oscuro, salvaje y rabioso, y que te acaba de dejar un regusto eterno por sus matices casi esotéricos y lisérgicos. En definitiva: una hermosa brutalidad, una delicada animalada, una sutil salvajada. De hecho lo reconozco, es acordarme de esta actuación y vuelvo a mojarme. Para mí, imprescindibles.



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