martes, 29 de marzo de 2011

DESCONCIERTOS (PONY BRAVO Y GINFERNO)



Concierto celebrado el pasado viernes 25 de Marzo de 2011 en El Sol (Madrid). Público: lleno a reventar.

Muchas veces se cae en el error de tildar a determinados artistas, grupos musicales, películas… con la coletilla siguiente: “de culto”; pero la realidad es que a la postre, la gran mayoría, no lo son ni por asomo. La banda madrileña Ginferno, en cambio, sí que lleva haciendo méritos de sobra desde hace más de trece años, para acabar siendo definidos, probablemente dentro de unos años, como un grupo musical de culto, por muchos motivos: siempre han estado al margen de modas y estilos; durante años han triunfado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras con sus despiadados directos, pero apenas se ha hablado de ellos en los medios musicales (sobre todo en los nacionales), siendo unos grandes desconocidos, rodeados siempre de cierto halo de misterio, pese a sus innegables méritos y calidades; han creado un universo sonoro original, cambiante y evolutivo que siempre sorprende en cada nuevo espectáculo, disco y concierto (ahora más que nunca); han sufrido múltiples cambios en la formación (del trío original de 1997 se pasó a cuarteto, de ahí de nuevo a trío, luego a dúo y finalmente ahora han vuelto a la carga como quinteto para presentar los temas que darán forma a su nuevo largo) y siempre han puesto su arte al servicio de la experimentación, atreviéndose con todo (colaborando desde 2006 con el realizador y poeta sueco Kin Tipín, que ya es parte indispensable de Ginferno y es quien lleva la voz cantante y en 2007 con la videoartista y performer alemana Lilli Hartmann). La formación actual es la siguiente: además del ya citado Kin Tipín, siguen en la brecha Federico Levenfeld (batería) y D Fltchr (guitarra) y se incorporan los enormes Javier Díez Ena (contrabajo) y Dani Niño (saxo). De sus inicios quedan sin ningún género de dudas, las mismas ganas por crear sonidos personales y originales, con una alta carga psicótica que es la que siempre les ha definido, unos directos avasalladores y extenuantes y su gusto por enfrentar entre sí numerosos géneros musicales que hacen de su música un maremágnum enloquecido y frenético en el que prima un caos que sin embargo, siempre acaba encajando como un puzzle perfecto de ritmos y texturas. Pero como ya he dicho antes, su evolución continua les ha llevado a cambiar muchas cosas: los sonidos más experimentales e indefinidos de sus comienzos, han dado paso ahora a la experimentación de géneros mucho más reconocibles, primando sobre todo el rockabilly y el psichobilly; de los primitivos sonidos guturales y la ausencia de letras se ha pasado ahora a la primacía de la exultante voz de un Kin Tipín que recuerda a los más grandes (desde Louis Amstrong a Jim Morrison, pasando por Tom Waits) y a unas letras con una carga poética enorme que también nos traen a la mente el legado del californiano Morrison, en especial su maravillosa composición “Celebration of the Lizard” y en particular el increíble fragmento: “Not to Touch the Earth”; y sobre todo se ha pasado de la improvisación total y absoluta de los orígenes a unas composiciones que ahora sí, están perfectamente acabadas y poseen la estructura típica de canciones.
Es muy difícil poder destacar que fue lo mejor de una actuación sobresaliente de principio a fin, de ritmo endiablado, lisérgico y contundente, que como un tornado puso todo patas arriba, dejando un pabellón tan alto (de lo mejor que se ha podido ver en El Sol en los últimos meses) que ni siquiera unos también meritorios y en estado de gracia, Pony Bravo, pudieron luego hacerles sombra, pese a ser el plato fuerte de la noche. Pero es incuestionable que en las nuevas canciones de Ginferno, la voz de Kin se impone con una fuerza arrolladora y que las nuevas incorporaciones han dotado de un empaque mayor al conjunto (brutal Javier al contrabajo y acojonante Dani al saxo, que recordó al mejor James Chance con su enloquecida forma de tocar). Todo ello cimentado en una actitud y energía inconmensurables. Todo ello encauzado a revitalizar géneros como el de la psicodelia y el rock, con la utilización de todo tipo de recursos y matices sonoros (hasta toques orientales y de música hindú) que acabaron hipnotizándome y haciéndome caer rendido (y extenuado) a sus pies. Muy grandes, qué cojones.
Dos primaveras después de su última visita a El Sol, allá por el 2009, en la que telonearon al grupo de moda por aquel entonces: Devotchka, y en la que todavía estaban dando sus primeros pasos en esto de la música, presentando en la capital un adelanto de los temas que iban a componer su primer disco: “Si bajo de espalda no me da miedo”; Pony Bravo regresaron convertidos ya en caballo ganador, adorados y ensalzados por crítica y público (independientes) y con un nuevo trabajo bajo el brazo: “Un gramo de fe”, que es el que a la postre, junto con su rodaje en multitud de conciertos, les ha permitido dar un enorme salto de calidad. Es evidente que hace dos años ya poseían la semilla que después ha germinado en todo su esplendor. De hecho yo ya comenté que sus canciones poseían la esencia de la psicodelia lisérgica que caracterizó la música de mis admirados The Doors y que como teloneros estuvieron más que correctos. Pero también dije que pese a sonar muy bien, en directo les faltaba rodaje, chicha, ganas y energía, vamos, que estuvieron muy blanditos. De hecho, en su primer álbum, pese a esos pequeños toques psicodélicos que fueron los que más me agradaron del conjunto, lo que primaba era una especie de pop/rock con toques aflamencados (sobre todo visibles en la forma de cantar de Daniel Alonso) más directo y también más plano que el estilo que caracteriza sus nuevas canciones. Y es que en “Un gramo de fe”, la semilla ya ha crecido por completo y por suerte para todos (ellos mismos y el público) ha prevalecido y se ha hecho fuerte la vertiente más original de su sonido: ese toque lisérgico y sorpresivo cimentado en unas melodías cada vez más complejas y cargadas de quiebros y requiebros, mucho más intensas y universales, en las que se ha impuesto la parte instrumental a la vocal y en la que casi de un plumazo ha desaparecido ese deje andaluz de los sevillanos, que no obstante aparece de forma más soterrada y de forma reinventada, dando un mayor brillo a todo el conjunto. Lo bueno es que además han conseguido reinterpretar sus primeros temas bajo esta nueva óptica, dando una nueva vida a canciones que antes sonaban más planas y menos contundentes, algo sobre todo patente en “I can see” y “El guarda forestal”, que parecieron hasta nuevas. Y encima, han conseguido (ahora sí) dotar a su directo de una fuerza, energía, intensidad y ritmo trepidantes que provocan una especie de éxtasis en el público que antaño no lograban ni por asomo. En especial destaca la nueva actitud y contundencia de su bajista Darío del Moral, que estuvo inmenso toda la velada. Por tanto, su nuevo repertorio en directo (en el que se van alternando temas de sus dos discos en los que ya apenas las diferencias son patentes) es una sucesión de estilos y géneros que pelean y se debaten entre sí: rock, blues, reggae, electrónica…, formando un todo que aparece regido y comandado por ese toque lisérgico, hipnótico y personal que sobrevuela todo el conjunto. Fueron acojonantes sus interpretaciones de “Super-brooker”, “El campo fui yo”, “Noche de setas”, “El Rayo” y sobre todo “La rave de Dios”, que puso todo patas arriba, pero el mejor momento de la noche llegó con unos bises apocalípticos en los que “Trinchera” y “China da miedo”, cobraron una nueva magnitud. Siguen no obstante flojeando en las canciones más lentas y en los medios tiempos, que todo hay que decirlo, pero aún así, el suyo fue un gran concierto y el ejemplo perfecto de cómo con actitud y cojones, el directo de cualquier banda puede mejorar, y sobre todo, de que bajo la etiqueta “indie” se pueden hacer muchas cosas meritorias, originales y novedosas, sin caer siempre en el mismo tono de pop alienado imperante.
Gran noche en todos los sentidos.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD (TAMPOCO ESTARÍA DE MÁS QUE LO HICIESEIS EN LA PUBLICIDAD DE ESTE BLOG, QUE LA COSA ESTÁ MUY MALA)- enlace al tema "China da miedo" de Pony Bravo: http://www.youtube.com/watch?v=HbcHlzntTCg

1 comentario:

PIlar dijo...

Si, estoy totalmente de acuerdo! Buena entrada a propósito del CONCIERTAZO de GINFERNO + PonyBravo. Gracias, me apunto tu blog y lo sigo desde ya! Abrazos.