martes, 24 de mayo de 2011

DESCONCIERTOS (ANDRÉ WILLIAMS & THE GOLDSTARS Y FLAMIN´ GUAYS)



Concierto celebrado el pasado viernes 13 de Mayo de 2011 en El Sol (Madrid). Público: lleno.

Desde Alicante llegaron a la capital Flamin Guays para abrir esta gran velada de música en directo. Con su reciente último disco publicado bajo el brazo: “Ritmo y alma”, este atípico trío de talluditos (tocan sin bajo) formado por Claudio Corazón (voz y armónica), Paco Motorpsycho (guitarra) y J.C. (batería), cumplió de sobra la misión de calentar a un público que esperaba ansioso la salida a escena del maestro André. Con canciones como “Yo Quiero más”, “El Tigre”, “Ponte sobre mí”, “Creo en ti”…, dieron todo un repaso a los sonidos característicos de géneros clásicos como el Rock ´n´ Roll (con toques rockabillys), el Soul y el R & B. Y lo hicieron de forma más que solvente, como ya he comentado anteriormente, en buena parte porque estamos ante tres tipos que llevan ya muchos años metidos de lleno en el mundo de la música y por tanto tienen tablas de sobra. Además estamos ante la típica banda que es carne de sala pequeña y por tanto se desenvuelven como pez en el agua en este tipo de recintos. A esto hay que sumarle sus increíbles ganas y una intensidad arrolladora. En el plano meramente musical, sin duda alguna hay que destacar la labor de Claudio, que como vocalista pierde fuelle, pero que es un armonicista como la copa de un pino y también de Paco, al que le pierde un poco su gusto desmedido por darle a la sin hueso, pero que mueve los dedos sobre el mástil de su guitarra a las mil maravillas. Sin excesos ni genialidades (tampoco nos engañemos), estuvieron más que solventes y lograron amenizar la espera hasta la actuación de Williams, como sin duda se les presuponía. Que no es poco.
Después del aperitivo llegó por fin el plato fuerte de la noche. Muy pocas veces he tenido la sensación de estar ante una leyenda viva, ante un maestro de maestros, ante todo un mito viviente de la música o el arte en general. Y sin duda, nada más aparecer en escena el de Alabama, con su presencia inmaculada e hipnótica, su traje impoluto, sus andares de “chuloputas” -que diría Tom Wolfe-, su eterno sombrero y su sonrisa lasciva; antes incluso de que moviese sus labios para despedazarnos con su profunda voz, volví a saborear esa sensación tan placentera que antes os comentaba, ese placer tan indescriptible que ya tuve el privilegio de sentir ante ese inmenso contrapicado que te hace sentir como una hormiguita ante su presencia que es Dick Dale, o ante ese hombre que transmuta los colores a su alrededor en un blanco y negro que evoca tiempos pasados con olor a Revolucíón y aroma a desierto, que es John Sinclair. Pero sería injusto centrarse en el poderoso icono que es André Williams sin hacer referencia al cuarteto de Chicago que le acompaña: unos inconmensurables The Goldstars, que incluso sin el propio André serían capaces de poner cualquier recinto patas arriba con su forma asalvajada, descarnada y diabólica de tocar. Sal, Skipper, Dag y Goodtime son de hecho de lo mejorcito que ha pisado el escenario de El Sol en los últimos años. Fueron capaces de hacernos sentir que efectivamente el mejor Rock ´n´ Roll y el mejor R & B, surgen efectivamente de las profundidades del averno y son sinónimo de pecado, de contoneo de caderas de zorra, de coños mojados, de pollas enhiestas, de chulos malencarados, de pelea en tugurio, de vasos rebosantes de bourbon, de polvo en callejón, de odio, de sudor y de sexo. Quizás por eso acompañan a toda esta leyenda viva de la música, al tipo que ya en los 50´s arremetía contra todo y contra todos con su forma huracanada de entender el soul y el blues, que en los 60´s formó parte de la Motown escribiendo para gente como Ike Turner o George Clinton, que en los 70´s ascendió al paraíso de las drogas y el alcohol (éxito, dinero, mujeres, reconocimiento), para luego descender como no podía ser de otra forma en los 80´s, al infierno de las drogas y el acohol (pobreza, mendicidad, adicción al crack, vida en la calle bajo un puente), para volver a renacer, como sólo lo hacen los mitos que no mueren jóvenes, en los 90´s, con tres nuevos discos publicados que han sido la antesala de estos últimos quince años en los que se ha vuelto a convertir en un referente del Rock más sucio y sinvergüenza del que siempre ha sido abanderado, ha seguido grabando y girando regularmente y ha vuelto a poder disfrutar de esos excesos que nunca ha abandonado y jamás abandonará (de nuevo desde la cara de la moneda que simboliza el éxito y no desde la cruz del fracaso que ya marcó tantos años de su vida).
Tras un incendiario prólogo sonoro de unos quince minutos, en los que The Goldstars ya sentaron las bases de lo que iba a ser este concierto, André Williams fue presentado ante el rugir de uno de los públicos más entregados que yo haya visto en un directo y con dos de sus más rotundos hits: “I´m a man” y “Agile, Mobile and Hostile”, incendió una sala rebosante de sudores y flujos, más inflamables que la gasolina. Con clase; con elegancia; con carisma; con esa pícara sonrisa con la que a sus setenta y cinco años, sigue provocando pasiones entre todas esas chicas de la primera fila a las que les pedía sus “pussys” o lo que es lo mismo sus coños -manjar exquisito del que jamás se sentirá saciado-; y sobre todo con esa voz profunda de ultratumba evocadora de otros grandes como Tom Waits, Louis Armstrong o John Lee Hooker, capaz de hacer retumbar los cimientos de la sala con la misma facilidad con la que fue capaz de mecer nuestras almas en los pasajes más tranquilos de su actuación. Una voz que pese a que en algunos momentos pareció querer abandonarle por su ingratitud al no haberla cuidado todo lo que debería, como consecuencia de toda una vida llena de excesos (el paso de los años tampoco perdona ni a los más grandes), volvía casi al instante a imponerse con una fuerza inconmensurable, quizás sabedora de que precisamente esos excesos son los que la hacen tan personal e irrepetible. Una voz de antes, de ahora y de siempre que nos hizo vivir un momento eterno que perdurará para siempre en nuestro recuerdo. Un momento mágico plagado de aguijonazos: “Car with the star”, “Bacon Fat”, “Going down to Tijuana”, “Pussy Stank”, “Let me put it in”, “Mustang Sally” y como no ese “Bad motherfucker!” (que tan bien define al propio André) que se quedarán clavados para siempre en nuestra memoria y en nuestras tripas. Pese a esta certeza, era evidente que nadie de los presentes quería que una experiencia tan acojonante terminase y esto obligó a André y a The Goldstars a salir dos veces más a escena tras unos primeros bises que ya fueron de campeonato. Y cuando finalmente se despidió en honor de multitudes, de alguna manera dejó ese halo eterno que sólo desprenden los más grandes, encerrado entre las paredes avainilladas de una sala, que puede presumir de seguir agrandando su leyenda como templo musical de la capital. 
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD- enlace a los temas "Jailbait" y "Bad Motherfucker!", interpretados en directo por André Williamas: http://www.youtube.com/watch?v=Z8nsjZgNfMw

1 comentario:

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