sábado, 25 de junio de 2011

DESCONCIERTOS (JULIAN ELSIE)


Concierto celebrado el pasado Martes 7 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 15 personas.

Que Julian Elsie es uno de mis ojitos derechos es algo que nunca he ocultado, pero después de este inmenso concierto (uno de los más emotivos, intensos y especiales que yo haya visto en mi vida) ha pasado a formar parte de ese selecto grupo de artistas que han conseguido emocionarme y hacerme vibrar de forma excelsa como muy pocos han logrado hacerlo.
Apenas ocho meses después de su última visita a El Sol (podéis ver la reseña de ese concierto clickando en: http://chulonizate.blogspot.com/2010/10/desconciertos-julian-elsie-y-los-tupper.html) en la que presentó su último trabajo en solitario, “Dig a grave with bare hands”, el músico extremeño regresó a este escenario para demostrar por un lado, que las canciones de este disco todavía podían crecer con el paso del tiempo y por otro, que pese a no haber publicado aún otro nuevo trabajo, en estos meses no ha perdido el tiempo y ha compuesto un buen puñado de temas de una hermosura arrolladora.
Que tan sólo acudiesen quince personas a ver a un tipo de su talento, que para colmo estuvo acompañado de una banda electrizante formada por Toni Vázquez (Kevin Ayers, Radio Futura, etc.) a la batería, Javi Cano (La Guardia, DM3, Jack Lopez Trio, etc.) al bajo y un portentoso Nico Álvarez (La Frontera, Garage Jack, Flystones, etc.) a la guitarra eléctrica y pedal steel; es algo que me provocó un hondo pesar. No voy a negaros que parte de la “culpa” sea del propio Julian, que es uno de esos pocos músicos “románticos” que quedan, que se dedica única y exclusivamente a hacer lo que mejor sabe, que no es otra cosa que componer y tocar, dedicado en cuerpo y alma a esa dama a la que ama con locura (la música); pero que pasa olímpicamente (porque no le sale, porque entiende que esa no es su función, porque le da pereza por no decir que le da por el culo y porque es un tímido incorregible que sólo sabe abrir su alma -y vaya si lo hace- a través de sus canciones) de promociones, entrevistas, facebooks, twitters y redes sociales en general, invitaciones a eventos y en definitiva de tener que utilizar herramientas externas a su propia música para acceder al público. A día de hoy eso es casi un suicidio, pero lo cierto es que él se siente músico y punto, y eso, qué queréis que os diga, todavía lo engrandece aún más. De hecho, que este concierto adquiriese la categoría de mágico e irrepetible tiene mucho que ver con esa escasa afluencia de público que estoy comentando. Porque en vez de desmoronarse, de desfondarse, de tirar la toalla, Julian hizo todo lo contrario, se creció ante la adversidad y mostró toda su rabia interior, desgarrando sus entrañas, su pesar y sus sentimientos más dolorosos ante nuestros ojos, haciendo aún más bellas si cabe, unas canciones que siempre lo han sido. Porque su voz sonó más profunda y dramática que nunca. Porque su mezcla de rock, country, western y delta blues (poesía pura) sonó más emotiva, intensa y emocionante que nunca antes. Porque el dolor de la derrota le hizo interpretar sus canciones de la forma más angulosa, árida e hiriente imaginables, destilando hasta el último nubarrón de su alma en forma de desoladoras gotas musicales, que acabaron por convertir esa supuesta derrota provocada por la necedad, la incultura y la falta de sensibilidad de una sociedad que prefiere atiborrarse de reggaetones, canciones del verano, triunfitos y demás mierdas, en vez de acercarse al verdadero, auténtico y puro arte; en una victoria rotunda e incuestionable. Y lo hizo con esa presencia hipnótica que posee, escupiendo con rabia unas letras -de amores, desamores, pérdidas, muerte y por supuesto de mucha vida- que nunca antes fueron tan fiel reflejo de su incólume rostro, que a su vez fue el más claro espejo de su alma, abatida pero triunfal. Quemándonos con su cálido aliento, árido como la arena del desierto, pero a la vez oasis refrescante de tristezas acuosas transformadas en cánones de Belleza. Haciéndonos sentir especiales por habernos dejado transitar agarraditos de su mano por las convulsas cavidades de su corazón. Tan especiales como esos dos únicos espectadores que acudieron en 1995 a un auditorio de Texas con capacidad para 750 personas para asistir a la memorable actuación de Clawhammer, una de las bandas norteamericanas más inclasificables pero a la vez más auténticas y virtuosas (como el propio Elsie) de los 90´s, y que quedó recogida en el disco ““Deep in the hearth of nowhere!”, que desde aquí recomiendo encarecidamente por ser uno de los directos más brillantes que hayan grabado en las últimas décadas. Volviendo a Julian, únicamente decir, que de su último disco cayeron entre otras, las soberbias: “Cum…”, “Someone else´s friend”, “Adieu”, “The need to kill”, “Loose end”, “My own funeral”, “Two years” y “Sometimes”; y de entre las nuevas (composiciones más tristes e hirientes incluso que las de este largo) destacaron: “Who?”, “Stroke”, “Light”, “Jesus in the sand” e “Introspection blues”. Y por supuesto, darle las gracias desde aquí por ser tan buen músico, tan auténtico, tan humilde y sobre todo, tan buen tío. Una vez más, Julian (me dirijo a ti, porque estoy convencido de que leerás estas líneas) fue un placer poder disfrutar de tu presencia y de tus mágicas canciones.  

VIDEOCLIP DE "THE NEED TO KILL" DE JULIAN ELSIE

1 comentario:

Anónimo dijo...

GRANDE JULIAN!