domingo, 24 de julio de 2011

DESCONCIERTOS (JONNY KAPLAN & THE LAZY STARS Y THE SERPIENTES)




Concierto celebrado el pasado Miércoles 15 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 100 personas aproximadamente.

Apenas dos años después de la última visita de Kaplan a España, el californiano volvió a dejarse caer por la famosa sala madrileña de conciertos, acompañado de nuevo por The Serpientes como teloneros. Esta banda afincada en la capital lleva ya varios años tocando dentro del circuito de salas de música en vivo y han grabado un E.P de debut con seis canciones, en el que colaboran además del propio Jonny Kaplan, también Ted Russell Kamp y Eric Heywood. Pese a las buenas críticas cosechadas, en especial desde la revista especializada Ruta66, a mí en directo, como ya pasara dos años antes, estos The Serpientes no acaban de convencerme. Y esto es debido a varios motivos. El primero es que R. Von Timón, posee una voz muy poco personal y con una escasez de recursos más que alarmante, que no dramatiza ni matiza ni llena ni sobrevuela ni eleva, ninguno de los temas del grupo. El segundo es que son una banda que pese a su innegable corrección musical, se muestra excesivamente fría en escena, lo que provoca que sobre todo los primeros compases de sus conciertos sean anodinos, monótonos y aburridos, con unas evidentes carencias de fuerza y de garra. Por eso sus canciones nos recuerdan al sonido de una especie de The Doors sedados a los que les faltasen la fuerza y pasión dramática de Jim Morrison, la elegancia de Ray Manzarek y la clase de Robby Krieger. Esto provoca que pese a que su estilo se engloba dentro de uno de mis géneros favoritos -el del rock clásico americano, tocando diversos palos que van desde la psicodelia setentera al rock sureño más añejo-, al ser tocado con tan poco arrojo, con tan poca alma, acabe tan sólo por provocarme un regustillo más amargo que dulce. Y eso, que en esta ocasión, consiguieron en la segunda parte de su actuación calentar algo más el ambiente que en su anterior visita, gracias sobre todo a la buena labor de Furry H. Hyman al órgano electrónico. Si consiguiesen transmitir algo más que corrección a la hora de ejecutar sus canciones, la película sería bien distinta, pero de momento temas como “El bigote”, “An invocation to Mr Jimmy 1” o “Under the rain”, se quedan tan sólo en un quiero y no puedo en el que imperan las buenas maneras (lo que al menos les alcanza para cumplir) pero al que le falta mucha salsa que enriquezca el conjunto. Vamos, que son como un filete a la plancha de buena calidad al que le faltan la sal y una suculenta guarnición. O como una tortilla de patata sin cebolla.
Esto se hizo más que evidente al saltar a escena Jonny Kaplan acompañado de su banda. Y es que ya desde los primeros compases de su concierto, demostró que a diferencia de The Serpientes estos sí juegan en una división superior. Por eso pese a que su fórmula sonora y estilística viene a ser más o menos la misma que la de los madrileños: rock clásico americano con altas dosis de rock sureño y en este caso también con muchos toques de blues; al ser ejecutada con mucha más alma, empaque y contundencia, provoca que sus canciones emocionen y generen muchas más sensaciones positivas en el espectador. A esto hay que sumarle que la voz desgarrada y arrastrada del californiano (en la tradición de los mejores cantantes del género) sí que consigue estremecer y envolver a partes iguales con su riqueza de matices; y que la labor de Dan Wistrom a la guitarra y de Chris Lawrence al pedal steel fue sencillamente acojonante. Lo que provocó que en los temas más enérgicos de su repertorio (pertenecientes casi todos a sus dos primeros discos, los mejores que ha publicado el grupo) saltasen chispas y viviésemos una magnífica velada de rock de clara raíz stoniana y reminiscencias del mejor Neil Young. Una magia que se perdió cuando acometieron varios temas de su último largo publicado -“Seasons”-, que es el más anodino de su carrera y peca de falta de garra. Estos medios tiempos, hicieron que el tono general del bolo se resintiese. No por el ritmo más pausado de los temas en sí, sino porque a la hora de ejecutarlos demostraron que no consiguen emocionar de la misma manera que sí lo hacen con sus canciones más cañeras y trepidantes. Aún así, su concierto estuvo más que bien y sobre todo Jonny, mucho más entonado que en su última visita.




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