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domingo, 26 de agosto de 2012
EN EL RECUERDO: THE ZOMBIE VALENTINES Y THE COMEBACKS
Concierto celebrado el pasado Viernes 13 de Enero de 2012 en El Sol (Madrid). Público: 120 personas aproximadamente.
THE ZOMBIE VALENTINES: banda madrileña que posee un sonido en el que se mezclan el garage, el rock y hasta el surf, con claras influencias beat, que nos retrotrajeron en muchos compases de su actuación a los dorados años sesenta y por supuesto, me recordaron también por momentos a mis idolatrados The Who. El grupo está formado por David Lorenzo (guitarra y voz), Eneko Ezquerro (bajo), Alberto Hernández (guitarra y voz) y Gabriel Cuesta (batería). En esta actuación presentaron el que es su primer largo hasta la fecha: “Mejor ahora”.
THE COMEBACKS: pese a que sus miembros -Fernando y Daniel (voces y guitarras), Diego (voz y bajo) y Carlos (batería)- llevan ya muchos años tocando a sus espaldas, The Comebacks es un nuevo proyecto con tan sólo un E.P. publicado hasta la fecha. Al igual que The Zombie Valentines, este cuarteto también es de Madrid y está influenciado por el sonido beat. Pero a diferencia de los anteriores, su estilo, sus temas y su directo son menos crudos y feroces, ya que optan por un sonido más pulcro y elegante en el que prima el cuidado de las melodías con aires sixties y los coros refinados, desterrando casi por completo las influencias rockeras y garageras en su repertorio. Su corrección estilística es indudable, pero tanta pulcritud resta energía a su directo y les convierte por momentos en un grupo frío y distante al que le cuesta conectar con el público.
LO MEJOR: las buenas versiones de varias canciones de The Kinks que se marcaron The Comebacks al final de su actuación y la potente base rítmica y los hirientes riffs de guitarra que nos regalaron The Zombie Valentines a lo largo de muchos compases de su concierto.
LO PEOR: la monotonía imperante en gran parte de la actuación de The Comebacks y la falta de hits de esos que se graban a fuego en la memoria del oyente, en el repertorio de The Zombie Valentines.
MOMENTO ÁLGIDO: los temas más surferos de The Zombie Valentines, en especial un “Black to halo” que sonó en directo infinitamente más salvaje y dinámico que en el disco.
PALABRA DE CHULÓN: pese a que ambas bandas nos ofrecieron una buena velada musical y se comportaron sobre las tablas de forma más que correcta, tengo que subrayar que dentro de su estilo existen decenas de formaciones mucho mejores en nuestro país. En lo personal, me agradó reencontrarme con Sergio Gil (vocalista de los ya desaparecidos Fortune Tellers), que acudió a ver el concierto y que sin ir más lejos es un buen ejemplo para recalcar lo reflejado al principio de este párrafo: The Zombie Valentines y sobre todo The Comebacks están varios escalones por debajo de lo ofrecido en el pasado y en el presente por otras formaciones beat patrias.
PUNTUACIÓN: THE ZOMBIE VALENTINES- 6´5 / THE COMEBACKS- 5
sábado, 7 de abril de 2012
DESCONCIERTOS (ZODIACS Y THE DARK COLOURS SINCE 1685)
Concierto celebrado el pasado Viernes 16 de Diciembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 60 personas aproximadamente.
ZODIACS: la banda de Getxo afincada en Madrid presentó el que es ya su sexto disco publicado: “Radiaciones luminosas”, grabado en los estudios de Paco Loco. Los que hasta hace tan sólo un par de años eran definidos por la crítica como una buena banda de rock juvenil y por mí como una banda de moñi-rock o chiqui-rock, han madurado para bien. En este disco por fin han dejado aparcadas sus influencias más “poperas” -desde Nacha Pop a Los Planetas-, que tamizadas bajo su particular óptica les hacía sonar a grupo de radiofórmula pueril, anodino y monótono; y han centrado sus energías (éstas, las cosas como son, nunca les han faltado) en lo que ya se intuía que era lo que mejor sabían hacer y tocar: temas más rokeros, con querencia por la psicodelia y altas dosis de fuzz. Esto les ha hecho dar un importante salto de calidad, pese a que siguen cargando con el pesado lastre de esa cierta moñería que todavía les persigue y se sigue vislumbrando en algunos de sus temas.
THE DARK COLOURS SINCE 1685: esta banda madrileña todavía no ha publicado ningún largo, pero sí dos maquetas de la hostia que refrendadas por unos directos trepidantes y salvajes, como el que nos ofrecieron esta noche, sirven ahí es na´, para que me atreva a decir de ellos que son una de las mejores bandas de garage patrias que existen a día de hoy. Y es que en temas como “Dead flowers & misery”, “Up & down” y “Midnight train”, nos muestran múltiples y sugestivas caras -rock garagero sucio y enérgico, garage progresivo oscuro y psicodélico, R&B británico de los 60´s, influencias stonianas y voces ramonianas- de un mismo prisma demoledor que les sitúa a la altura de bandas tan consolidadas como Los Chicos y Doctor Explosión.
LO MEJOR: la actitud de The Dark Colours Since 1685 sobre las tablas, derrochando energía, garra y fuerza, y con ese deje sucio y arrastrado, inherente a toda buena banda de garage que se precie.
La mejoría generalizada de Zodiacs con respecto a visitas pasadas, en especial de su cantante Ignacio Garbayo, que posee ahora una voz mucho más trabajada, rota y rasgada. Fue muy buena su versión en castellano del “Hanging on the telephone” de Paul Collins.
LO PEOR: ese deje simplón de muchos de los temas de Zodiacs que acaba dejando siempre un regusto amargo en el espectador cuando acaban sus conciertos.
MOMENTO ÁLGIDO: la actuación de The Dark Colours Since 1685 de principio a fin.
PALABRA DE CHULÓN: no sé si es porque el papel de telonero hace sentir a las bandas a las que les toca jugarlo que tienen que redoblar esfuerzo y talento para ganarse a un público que en su mayoría no acude a verlos específicamente a ellos o para demostrar que en un futuro serán ellos los que lleguen a ser cabezas de cartel; el caso es que en muchas ocasiones son los grupos invitados, los que abren los conciertos de los que a priori luego van a ser el plato noche de la velada, los que generalmente muestran siempre una mejor actitud sobre las tablas y acaban dejándome mejores sensaciones. En esta ocasión The Dark Colours Since 1685 le comieron la tostada con creces a los Zodiacs. Y lo peor para los getxotarras es que esto no es nuevo para ellos. De hecho, en su anterior visita a El Sol, allá por Mayo del 2009 unos incendiarios Fortune Tellers, también encargados de telonearlos, les dieron sopas con ondas con una actuación memorable que todavía recuerdo a día de hoy.
PUNTUACIÓN: ZODIACS- 5 / THE DARK COLOURS SINCE 1685- 8
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sábado, 15 de octubre de 2011
DESCONCIERTOS (THE UGLY BEATS)
Concierto celebrado el pasado Viernes 30 de Septiembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: más de ½ entrada.
Cuando escucháis o leéis (como es el caso) que para referirse a algo o a alguien, se usan los adjetivos feo y sucio, por lo general tenderéis a pensar que ambas palabras tienen connotaciones negativas. De hecho vivimos en un mundo en el que la sociedad es adoctrinada, empujada y guiada a alcanzar esos ideales impuestos que rigen nuestro día a día: belleza, delgadez, juventud eterna, tetas gordas, rabos largos, bronceados perennes, dientes tan blancos que hasta brillan en la oscuridad, manicuras a lo peli porno decorando las típicas “manos pajeras”, ingles, huchas y sobaqueras depiladas…; porque evidentemente para conseguirlos hay que consumir mucho de muchas cosas: cremas, depilaciones, leches corporales (de las que vienen en bote, ojo), dietas, barritas energéticas, alimentos con fibra (que suelen ser los más caros), yogures caganderos, ropa de marca, peluquería, manicura, productos de higiene dental, operaciones de cirugía, implantes, rayos uva… Todo para no salirnos de los márgenes y modelos impuestos por las grandes empresas, difundidos en forma de machaconas campañas publicitarias a través de las más importantes empresas de comunicación del mundo. Por eso cuando montáis en el metro o en el autobús o cuando vais paseando por la calle veis montones de clones de uno de esos referentes actuales: Cristiano Ronaldo (chavales peinados con su crestita perfectamente fijada con altas dosis de gomina, pendientes imitando a brillantes, ropa “casual”, bronceado, brillo aceitoso en la cara y tableta de a doscientas abdominales por día) y montones de clones de esos otros modelos a seguir: la fauna femenina que abunda en realities y programas del corazón (princesas de barrio de cabelleras oxigenadas; pearcings de oro en labios, cejas y lengua; aros de tamaño estratosférico también de oro en las orejas; wonderbras realzando pechugas que pugnan por escapar de esa talla menos aunque sea por la espalda; taconazos y plataformas que provocan esos andares tan “femeninos” como de pingüino borracho cojo, que acaban siempre a altas horas de la noche en bolsas y mochilas, siendo sustituidos por zapatillas cómodas por unas usuarias que terminan con más rozaduras que el chumino de una puta de Montera el fin de semana; ropa ajustadísima y complementos -cinturones, bolsos, colgantes…- lo más grandes y brillantes posibles y con la marca bien visible para que todos podamos apreciar lo buenas que son las imitaciones del mercadillo). Pero hay muchos más cánones de nuestro siglo: el moderno gafapastas, la latina exuberante a lo Jennifer López (aunque una dominicana o colombiana pese noventa kilos llevará puestos unos pantalones ajustados y una blusa o camiseta marcalorzas y resaltaglobos), la modernata con gafas enormes y faldas y blusas heredadas de su bisabuela, los patagambas enfundados en pantalones pitillo y abrigados por chaquetas a lo grupo británico de moda (The Strokes´ style) y un sinfín más. Todos buscando con mayor o menor acierto alcanzar los pilares que marcan nuestra sociedad: ser guapos, ser delgados, tener éxito y tener reconocimiento social. Todos tan alejados de los cánones de varios de los géneros musicales -rock, garage, punk- donde menos importancia se ha dado precisamente a conceptos como el de la belleza, la perfección formal, el culto al cuerpo o a seguir los cánones de la moda imperante. Con respecto a estos conceptos ya había escrito yo en el pasado la siguiente reflexión: “los más grandes de la música han sido y son feos: Janis, Jagger, Bowie y Mercury y sus respectivos dientacos, Townsend y su narizota, Malcolm y Angus, Iggy, Rod Steward y tantos y tantos otros. Digamos que tienen un sex-appeal acojonante, que muchos poseen un carisma que puede llegar a provocar pasiones, pero guapos lo que se dice guapos no son. Y los que sí lo han sido como Morrison y Kobain parecieron intentar de todas las maneras posibles afearse para no ser la excepción que confirmase la regla: el primero convirtiéndose en un barbudo hombre lobo y el segundo dejando que los chorretes de mierda aliñasen su pelo, vistiendo ropas holgadas y desaliñándose hasta decir basta. Lo que pasa es que los genios son capaces de seducirnos pese a no poseer esa belleza clásica tan buscada a lo largo de los siglos. Y por eso un sólo golpe de cadera de Iggy, una sonrisa bravucona de Rod o una pose diabólica de Jagger son más seductoras y atrayentes que la peonza Bisbal dando doscientos giros seguidos de 360º mientras sus ricitos cortan el viento”. En la actualidad lo feo y lo sucio cada vez está menos de moda. Quizás por eso el rock no vive un buen momento y cada vez es menos mayoritario. Pero quizás también por eso, las miles de bandas sucias y feas que todavía siguen poblando cada rincón del planeta, nos parezcan a los “outsiders” que seguimos queriendo escapar de la mierda imperante alienante, mucho más auténticas y meritorias que hace unas décadas y las disfrutamos con más pasión que antaño. Los tejanos The ugly beats son una de esas grandes bandas. Un grupo que hace honor a su nombre y golpea con pasión y pulsión casi salvajes y que por supuesto está compuesto por cuatro tipos feos y una dama encantadoramente fea también, tanto que se torna irresistible en las distancias cortas cuando te sonríe y te susurra con su acento 100 % americano “¿cómo estaus guapou?”. Hacedores y valedores de un sonido sucio, abigarrado, infernal, pegajoso, abrasivo, exento de pureza, de belleza formal, de supuestas perfecciones de esas que en realidad suenan siempre a lo mismo y están faltas de vida, sudoroso y sexual. O lo que es lo mismo: de un sonido humano, atrayente, adictivo y real como la mierda que impera en nuestro mundo. Un sonido que huye de lo convencional y de las modas. Que huele a habitación revuelta tras una noche de sexo salvaje, que sabe a braga empapada y que suena al “Go ahead, make my day” de Harry el Sucio. Un deleite para todos aquellos que sabemos que lo realmente sublime es la imperfección; que tras tintes, operaciones, maquillajes, postizos, ensaladas y anabolizantes se esconden seres humanos que sufren como el resto de mortales, que viven con nuestros mismos miedos y temores y que en el fondo están deseando cometer los mismos pecados que nosotros. Y es que por mucho que quieran vendernos que tenemos que ser ovejitas guapas y lustrosas que se acomoden a la desastrosa situación económica y política actual sin decir ni mu (mejor dicho, sin decir ni beeeeeee) a ritmo de bulería, bulería; lo cierto es que ese lobo que llevamos dentro y que sólo algunos dejamos salir de vez en cuando (éste es el problema principal) nos hace que acabemos identificándonos con esos “malos” que acaban haciendo lo incorrectamente correcto para ellos, como ese jodido cabrón que es Santos Trinidad, soberbiamente interpretado por José Coronado en “No habrá paz para los malvados” y que tengamos deseos de desatar nuestras pasiones más pecaminosas: sudar, bailar, follar y emborracharnos con bandas sonoras auténticas y pasionales de fondo, como lo son las canciones de estos The Ugly Beats.
Los americanos surgieron en 2003 de las cenizas de la formación eminentemente surf The Sir Finks y desde entonces han golpeado con fuerza tanto en sus discos: “Bring on the beats!” (2004), “Take a stand” (2007) y “Motor!”(2010) -que es el que han venido a presentar en esta gira española-; como en sus salvajes directos. Si os digo que es un grupo beat con claros aires sixties que además suena garagero, rockero y con trazas de punk, estaréis pensando que se trata de una banda revival que mezcla varios estilos y que tal vez no aporte nada nuevo. Pero ahí es donde os equivocáis, porque The Ugly Beats ha conseguido aplicar con éxito la siguiente fórmula a sus composiciones: hacer impredecible lo predecible. Algo que consiguen al mezclar géneros e influencias de manera eficaz y sorpresiva, plagando las melodías de matices que provocan que el oyente nunca pueda predecir que va a ser lo siguiente que va a encontrarse. Así una canción puede empezar con un ritmo sesentero para luego derivar en una melodía de rock vigoroso con la inclusión de unas potentes guitarras, pasar a tener una base rítmica totalmente punk y terminar en éxtasis psicodélico. Todo ello por supuesto supeditado a la búsqueda de un sonido eminentemente sucio, salvaje y primitivo en la onda de las mejores bandas de tradición garagera. Todo ello formando un batiburrillo esplendoroso en el que las potentes bases rítmicas y la actitud del quinteto en escena son eminentemente punks, las guitarras indómitas y afiladas son fundamentalmente rockeras, el sonido pegajoso es principalmente garagero y las melodías, matices y el órgano tocado por Jeanine son claramente sixties y beben directamente del sonido mod de grandes bandas como The Who. En el plano vocal, hay que destacar la aportación de todos los miembros de la banda en momentos puntuales haciendo unos coros y acompañamientos sobresalientes, pero por encima de todos el que lleva la voz cantante es el también guitarrista Joe Emery, que en los temas más vigorosos recuerda y mucho a Billie Joe Armstrong de Green Day (“Girl on the brain”) y en los más psicodélicos al gran Sam Andrew de Big Brother and The Holding Company -sí, la banda en la que despuntó Janis Joplin- (“KO´D” y sobre todo en la maravillosa versión que hacen del “Filthy Rich” de los acojonantes garageros holandeses de los sesenta The Outsiders). Todo ello al servicio de un directo visceral y salvaje en el que cayeron temas antiguos y nuevos -trallazos todos de poco más de tres minutos- formando un repertorio impoluto en el que se me hace muy difícil destacar unas canciones por encima del resto. Deciros que fundamentalmente desgranaron su último largo: el ya mencionado “Motor!” y que uno de los momentos más emocionantes para mí fue cuando versionaron “I´ll make you happy” de The Easybeats, canción que me hizo recordar a mis añorados Fortune Tellers que también solían interpretarla en sus directos de forma soberbia. Ya que acabo de hacer referencia a una banda patria, sería injusto no mencionar que en muchos momentos por actitud, sonido y vigorosidad también me recordaron a esos otros bestias sobre el escenario que son Doctor Explosión. Vamos, que nos ofrecieron un conciertazo de esos que se te quedan marcados a fuego en las tripas y que sirvió para corroborar el buen ojo que tiene Greg Kostelich de The Cynics que es quien ha publicado todos sus discos en su sello Get Hip Records. Una gozada que concluyó con un servidor departiendo amigablemente con unos músicos que se volcaron con el público que acudió a verles mostrándose amables, cercanos, simpáticos y agradecidísimos. Y es que queridos lectores, estos feos son muy pero que muy guapos.
Por cierto, perdón por la chapa de hoy, pero es que los caminos de la fiebre son inescrutables.
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jueves, 28 de abril de 2011
EN EL RECUERDO (FORTUNE TELLERS)
Hoy me apetece recordar el concierto de despedida de una de las bandas de la escena madrileña a las que más cariño he tenido y a una de las que más veces he visto tocar en directo.
Concierto celebrado el 13 de Febrero de 2010 en El Sol (Madrid). Público: lleno.
La banda española que seguramente mejor ha representado la actitud y el sonido “sixties” y una de las que mejores directos nos ha regalado en lo que va de siglo, pusieron fin a su carrera con esta actuación, tras una década de andadura, con dos discos -“Were right” y “Remember the future & taste broken cups”- y más de doscientos conciertos a sus espaldas. La satisfacción de poder verles en esta noche tan emotiva, chocó con la tristeza de saber que ésta era su/nuestra última vez juntos. Esto hizo que el público se mostrase más frío que de costumbre, pues disfrutar bajo los efectos de la congoja no es fácil, y que Sergio, Tomás, Javi y Larri no desplegasen el potencial de otras ocasiones. Los “Tellers” han sido, son y serán siempre en nuestro recuerdo, tan honestos sobre las tablas, que no pudieron ocultar la infinita tristeza que inundaba sus almas ni los cuchillos que desgarraban sus entrañas. Y es precisamente esta honestidad la que los encumbra, y la que hizo que pese a todo, este fuese un concierto irrepetible, en el que himnos como “Take me back” y “Flying away” volvieron a sonar enormes.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD- enlace al videoclip del tema "Take me back" de Fortune Tellers: http://www.youtube.com/watch?v=PgiidQQpN7M
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