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sábado, 7 de abril de 2012

DESCONCIERTOS (ZODIACS Y THE DARK COLOURS SINCE 1685)




Concierto celebrado el pasado Viernes 16 de Diciembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 60 personas aproximadamente.

ZODIACS: la banda de Getxo afincada en Madrid presentó el que es ya su sexto disco publicado: “Radiaciones luminosas”, grabado en los estudios de Paco Loco. Los que hasta hace tan sólo un par de años eran definidos por la crítica como una buena banda de rock juvenil y por mí como una banda de moñi-rock o chiqui-rock, han madurado para bien. En este disco por fin han dejado aparcadas sus influencias más “poperas”       -desde Nacha Pop a Los Planetas-, que tamizadas bajo su particular óptica les hacía sonar a grupo de radiofórmula pueril, anodino y monótono; y han centrado sus energías (éstas, las cosas como son, nunca les han faltado) en lo que ya se intuía que era lo que mejor sabían hacer y tocar: temas más rokeros, con querencia por la psicodelia y altas dosis de fuzz. Esto les ha hecho dar un importante salto de calidad, pese a que siguen cargando con el pesado lastre de esa cierta moñería que todavía les persigue y se sigue vislumbrando en algunos de sus temas.

THE DARK COLOURS SINCE 1685: esta banda madrileña todavía no ha publicado ningún largo, pero sí dos maquetas de la hostia que refrendadas por unos directos trepidantes y salvajes, como el que nos ofrecieron esta noche, sirven ahí es na´, para que me atreva a decir de ellos que son una de las mejores bandas de garage patrias que existen a día de hoy. Y es que en temas como “Dead flowers & misery”, “Up & down” y “Midnight train”, nos muestran múltiples y sugestivas caras -rock garagero sucio y enérgico, garage progresivo oscuro y psicodélico, R&B británico de los 60´s, influencias stonianas y voces ramonianas- de un mismo prisma demoledor que les sitúa a la altura de bandas tan consolidadas como Los Chicos y Doctor Explosión.

LO MEJOR: la actitud de The Dark Colours Since 1685 sobre las tablas, derrochando energía, garra y fuerza, y con ese deje sucio y arrastrado, inherente a toda buena banda de garage que se precie.
La mejoría generalizada de Zodiacs con respecto a visitas pasadas, en especial de su cantante Ignacio Garbayo, que posee ahora una voz mucho más trabajada, rota y rasgada. Fue muy buena su versión en castellano del “Hanging on the telephone” de Paul Collins.

LO PEOR: ese deje simplón de muchos de los temas de Zodiacs que acaba dejando siempre un regusto amargo en el espectador cuando acaban sus conciertos.

MOMENTO ÁLGIDO: la actuación de The Dark Colours Since 1685 de principio a fin.

PALABRA DE CHULÓN: no sé si es porque el papel de telonero hace sentir a las bandas a las que les toca jugarlo que tienen que redoblar esfuerzo y talento para ganarse a un público que en su mayoría no acude a verlos específicamente a ellos o para demostrar que en un futuro serán ellos los que lleguen a ser cabezas de cartel; el caso es que en muchas ocasiones son los grupos invitados, los que abren los conciertos de los que a priori luego van a ser el plato noche de la velada, los que generalmente muestran siempre una mejor actitud sobre las tablas y acaban dejándome mejores sensaciones. En esta ocasión The Dark Colours Since 1685 le comieron la tostada con creces a los Zodiacs. Y lo peor para los getxotarras es que esto no es nuevo para ellos. De hecho, en su anterior visita a El Sol, allá por Mayo del 2009 unos incendiarios Fortune Tellers, también encargados de telonearlos, les dieron sopas con ondas con una actuación memorable que todavía recuerdo a día de hoy.

PUNTUACIÓN: ZODIACS- 5 / THE DARK COLOURS SINCE 1685- 8






lunes, 24 de octubre de 2011

DESCONCIERTOS (PAUL COLLINS BEAT)


Concierto celebrado el pasado Viernes 21 de Octubre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: casi lleno.

Diez meses han pasado desde la última visita de Paul Collins a El Sol. Diez meses en los que muy pocas cosas han cambiado: el norteamericano en aquel concierto presentó al público de la capital el que es hasta la fecha su último disco publicado -“King of the power pop!”- (primer trabajo de Paul tras doce años de sequía) y ahora de nuevo, volvió a centrar su repertorio en estos nuevos cortes, en los que entronca directamente con aquellos grandes tiempos de The Nerves, The Breakaways y The Beat; también de nuevo volvió a ofrecernos una larga, intensa y enérgica actuación; por supuesto, nos deleitó una vez más con sus temas (o mejor dicho himnos) pasados más conocidos, reconocidos y venerados; y como no, estuvo como siempre, amable, cercano y agradecísimo con el calor mostrado por un público que le reconoce como lo que es: el puto amo del power pop. Son tantas las semejanzas de hecho, con su anterior concierto celebrado en esta misma sala, que para no repetirme en exceso, os dejo directamente el enlace de la crónica que escribí en aquella ocasión:http://chulonizate.blogspot.com/2010/12/desconciertos-paul-collins-beat.html
Y como no hay nunca dos bolos totalmente idénticos, os cuento ahora de forma rápida las similitudes y diferencias más evidentes de este concierto con respecto al que dio en Diciembre del año pasado. Paul Collins volvió a comenzar su actuación con la máxima intensidad. De hecho, en esta ocasión abrió con uno de sus temazos más potentes: “Don´t wait up for me tonight”, dejando bien a las claras que la cosa iba a ir en serio desde el principio.  Su voz en esta ocasión en cambio, sonó mucho más nítida que nunca, más pulcra y menos rota, lo que unido a un sonido, también por decirlo de algún modo, más pop y menos power, hizo que las nuevas canciones tuviesen un aroma más “popero” que “rockero”, lo que no es ni mejor ni peor, sino diferente. Bien es cierto que la intensidad y dramatismo logrados en su última visita, en la que un problema de garganta hizo exprimirse de cojones al bueno de Paul, no se llegaron a alcanzar en esta actuación, donde incluso la banda también se mostró un pelín más acomodada, o lo que es lo mismo, menos contundente. En los grandes temas -“I still want you”, “Hunging on the telephone” “All over the world”, “Diferent kind of girl” y la ya mencionada “Don´t wait up for me tonight”-, la mayoría de ellos interpretados en la recta final y en unos bises (hubo dos tandas) brutales, las cosas fueron como de costumbre: memorables y muy emotivas. Y es que Paul Collins Beat no entiende de malos días, ni siquiera de días regulares. Lo suyo es una apuesta segura que se mueve dentro un baremo que abarca de la excelencia al notable alto como poco. Y en esta ocasión, fue de sobresaliente.