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lunes, 24 de octubre de 2011

DESCONCIERTOS (PAUL COLLINS BEAT)


Concierto celebrado el pasado Viernes 21 de Octubre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: casi lleno.

Diez meses han pasado desde la última visita de Paul Collins a El Sol. Diez meses en los que muy pocas cosas han cambiado: el norteamericano en aquel concierto presentó al público de la capital el que es hasta la fecha su último disco publicado -“King of the power pop!”- (primer trabajo de Paul tras doce años de sequía) y ahora de nuevo, volvió a centrar su repertorio en estos nuevos cortes, en los que entronca directamente con aquellos grandes tiempos de The Nerves, The Breakaways y The Beat; también de nuevo volvió a ofrecernos una larga, intensa y enérgica actuación; por supuesto, nos deleitó una vez más con sus temas (o mejor dicho himnos) pasados más conocidos, reconocidos y venerados; y como no, estuvo como siempre, amable, cercano y agradecísimo con el calor mostrado por un público que le reconoce como lo que es: el puto amo del power pop. Son tantas las semejanzas de hecho, con su anterior concierto celebrado en esta misma sala, que para no repetirme en exceso, os dejo directamente el enlace de la crónica que escribí en aquella ocasión:http://chulonizate.blogspot.com/2010/12/desconciertos-paul-collins-beat.html
Y como no hay nunca dos bolos totalmente idénticos, os cuento ahora de forma rápida las similitudes y diferencias más evidentes de este concierto con respecto al que dio en Diciembre del año pasado. Paul Collins volvió a comenzar su actuación con la máxima intensidad. De hecho, en esta ocasión abrió con uno de sus temazos más potentes: “Don´t wait up for me tonight”, dejando bien a las claras que la cosa iba a ir en serio desde el principio.  Su voz en esta ocasión en cambio, sonó mucho más nítida que nunca, más pulcra y menos rota, lo que unido a un sonido, también por decirlo de algún modo, más pop y menos power, hizo que las nuevas canciones tuviesen un aroma más “popero” que “rockero”, lo que no es ni mejor ni peor, sino diferente. Bien es cierto que la intensidad y dramatismo logrados en su última visita, en la que un problema de garganta hizo exprimirse de cojones al bueno de Paul, no se llegaron a alcanzar en esta actuación, donde incluso la banda también se mostró un pelín más acomodada, o lo que es lo mismo, menos contundente. En los grandes temas -“I still want you”, “Hunging on the telephone” “All over the world”, “Diferent kind of girl” y la ya mencionada “Don´t wait up for me tonight”-, la mayoría de ellos interpretados en la recta final y en unos bises (hubo dos tandas) brutales, las cosas fueron como de costumbre: memorables y muy emotivas. Y es que Paul Collins Beat no entiende de malos días, ni siquiera de días regulares. Lo suyo es una apuesta segura que se mueve dentro un baremo que abarca de la excelencia al notable alto como poco. Y en esta ocasión, fue de sobresaliente.

viernes, 29 de julio de 2011

DESCONCIERTOS (SUITE Y TUS LOCAS RAZONES)



Concierto celebrado el pasado Sábado 18 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 25 personas aproximadamente.

A última hora se cayeron del cartel “Day of Heroes” que iban a ser los teloneros de “Suite”, y fueron sustituidos por la banda madrileña “Tus locas razones”. Conociendo como conozco a muchos de mis avispados lectores, supongo que con el nombrecito de marras ya podéis imaginaros la mierda que me tocó “disfrutar”. Si todavía no lo tenéis claro os daré alguna pista más: los cuatro pipiolos que forman este grupo (Luis Silva – voz,  Jeff Rivera – bajo, Joao Silva – guitarra y voz e Iván Mateos – batería) aparecieron en escena para regocijo de los apenas quince amiguetes del insti que acudieron a verlos con un look a lo Cristiano Ronaldo (apijotado, chulesco y apaletado a partes iguales) en el que primaban los pendientitos imitando a diamante, los flequillitos engominados, la ropa “casual no tan casual” y las gafitas de sol (con que miréis la foto que encabeza este texto ya os haréis una idea del percal). Por si acaso aún no habéis deducido cual es el estilo musical que estos chavales practican os daré una última pista: el plato fuerte de su actuación en la que interpretaron “grandes clásicos” como “Dímelo”, “Sin ti” o “Tú controlas tu destino” (a cada cual peor) fue la versión que hicieron del “Vive la vida loca” de Ricky Martin. ¿A qué ahora ya sabéis de qué va el asunto? Pues claro amiguitos, “Tus locas razones” pertenecen a un “subestilo” que he dado en denominar como Doble PP o PP al cuadrado. Esto es, “Pijos Petulantes” que practican “Pastel Pop”. ¿Y en qué consiste el Pastel Pop? Pues bien, es una vertiente más del típico pop de radiofórmula y/o pop de concurso televisivo karaokiano con cero calidad, letras infantiles, ejecuciones irrisorias, plagado de acoples y cimentado en este caso en los falsetes imposibles de sus vocalistas. O lo que es lo mismo, una puta mierda que desde mi punto de vista hasta llega a ser nociva para la reputación de una sala de conciertos por la que han pasado tantos grandes nombres como es El Sol. Un despropósito tan grande que al acabar me provocó principalmente estos dos pensamientos: ¡qué poca sangre! y ¡qué pocas balas! Y poco más que decir porque ni siquiera merecen un segundo más de mi tiempo para que hable de ellos.
Lo de Suite ya fue harina de otro costal. La también joven banda, en este caso barcelonesa, pese a no ser la repanocha y pecar en algunos momentos de blanditos (sobre todo porque las voces sonaron un tanto infantiles) demostró en muchos pasajes de su actuación que saben lo que se hacen. Para empezar porque su estilo cercano al brit pop/rock es una suerte de power pop maduro, corajinoso y personal. A lo que hay que añadir una buena labor en la ejecución (sonaron muy bien las guitarras sobre todo) y muchas ganas sobre las tablas. Y eso pese a que los quince amiguetes de “Tus locas razones” se piraron del Sol tras acabar la actuación de los teloneros y en la sala apenas quedó una docena de personas viéndoles. No obstante supieron sobreponerse a las adversidades y acabaron regalándonos por momentos un sonido bastante internacional. Si mejoran las voces y eliminan del repertorio sus canciones más moñas, seguramente estaremos ante una semilla que en el futuro podrá germinar regalándonos un puñado de buenas canciones sumadas a las que ya tienen, como esa “A hundred years to live” que al final de la crónica comparto con vosotros. . Pero eso todavía está por ver. De momento, ni tan mal, que diría un gran amigo mío.



lunes, 25 de julio de 2011

DESCONCIERTOS (THE NEW CHRISTS)




Concierto celebrado el pasado Jueves 16 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 80 personas aproximadamente.

Casi siempre que se habla de rock en su sentido más amplio, dos países nos vienen siempre a la mente por méritos propios (por méritos, por calidad, por la infinidad de bandas e intérpretes que han surgido de ellos, por tradición, por revitalización continua década tras década del género, por su legado y por cientos de causas más): Reino Unido y Estados Unidos. Sin embargo no se suele dar la misma importancia a otro país, que como poco, nos ha dado las mismas satisfacciones a los amantes del rock en toda su extensión, que esos otros dos colosos antes mencionados: Australia. Tanto es así que desde las antípodas ha surgido desde hace décadas un sonido característico y personal (tan importante como el sonido Seattle o el brit rock por poner sólo un par de ejemplos) cimentado sobre todo en unos angulosos y afilados riffs de guitarra que han dado lugar a toda una corriente conocida como el High Energy Australiano y que además ha revitalizado otros muchos géneros como el garage, el power pop o el power rock, influenciando a su vez a numerosísimas bandas del resto del planeta. Un sonido que por tanto ha creado escuela y es tan original que permite reconocer con sólo escuchar unos pocos acordes a cualquier banda rockera australiana. Y hablando de bandas, con sólo hacer un poco de memoria y casi a vuela pluma veréis que el listado de grandes nombres es de órdago y nada tiene que envidiar al del Reino Unido o al de “los States”: The Beasts of Bourbon, Lime Spiders, The Saints, Hoodoo Gurus, The Drones, Bored, Seminal Rats, The Chevelles y como no, Radio Birdman, Celibate Rifles, los más recientes Mass Cult y Russian Roulettes y por supuesto esos grandes abanderados del rock australiano liderados por los hermanos Young, que son AC/DC, para muchos (entre los que me incluyo) la banda más grande de rock de todos los tiempos. He querido hacer esta introducción en la crónica de hoy, para que os hagáis una idea de la magnitud que supuso la visita de la banda The New Christs a la capital el mes pasado. Y es que, esta formación está encabezada ni más ni menos que por uno de los más sólidos pilares del rock australiano de los últimos cuarenta años: Rob Younger, quien lleva desde mediados de los años ochenta embarcado en este, a veces intermitente proyecto, que no obstante sigue renaciendo cada pocos años con más fuerza, calidad e intensidad, y que surgió de las cenizas de aquellos Radio Birdman que para muchos de nosotros son ya una banda de culto dentro de la historia del género. Para rematar la excelencia, el genial vocalista está acompañado por Jim Dickson (increíble bajista que también formó parte de Radio Birdman), Stuart Wilson (contundente batería que también lo fue de los acojonantes Celibate Rifles) y por último Brent Williams y Dave Kettley (los más jóvenes del grupo), que beben directamente de la gran tradición de guitarristas aussies y han conseguido magnificar el sonido de estos nuevos cristianos a base de contundencia, velocidad, rabia y una apabullante energía, lo que los convierte en firmes candidatos a convertirse en años futuros en dos de los más y mejores reputados guitarristas del planeta (y no exagero, os lo puedo asegurar). Un acontecimiento que no obstante no atrajo ni siquiera a cien personas a su actuación, lo que una vez más me hace pensar que pese a mi romanticismo desmedido, para los amantes del rock no corren buenos tiempos. Y es algo que sigo sin entender, que me supera, me irrita y me duele. Porque que la mayoría de jóvenes prefiera en la actualidad escuchar toda esa mierda de subproductos manufacturados al por mayor de “música” comercialoide mal denominada como pop (el pop es otra cosa, queridos lectores y esta bazofia no hace más que desprestigiar este género), o lo que es lo mismo toda esa ristra de grupetes y mequetrefes de tres al cuarto surgidos de realitys musicales de masas, de concursos de mierda, de grandes empresas y compañías mediáticas que sólo quieren hacer caja y que supeditan la calidad musical a un buen par de tetas, unas piernas kilométricas, unos pectorales ciclados, un rabo gordo o unos labios como neumáticos; en vez de deleitarse con la música de verdad, de la que surge desde el alma, de la que logra encogerte las tripas, emocionarte y zarandearte haciendo de tu vida algo mejor, es para echarse a llorar. Porque no deja de ser deprimente que una tía como Shakira que no se sabe ni en qué puto idioma canta con tanto gorgorito “malfingido” pero “bienestudiado”, que basa el 80% de su espectáculo en el meneo de culo y caderas para poner el rabo tieso (sino que se lo digan a Piqué) a todos los que la van a ver a sus conciertos para que así se queden contentos pensando que han amortizado de sobra el dinero de la entrada y que cimenta el 90% de su éxito en su estudiada imagen, exudando una sexualidad casi “aputiferada” en videoclips, portadas y fotos promocionales, pensando, como está por otro lado de sobra demostrado, que es más fácil captar seguidores provocando calentones terminados en pajote o bien siendo referente de todo un sinfín de féminas ávidas por imitar su estilo, estilismo y forma de actuar, para así poder ser a su vez ellas una especie de copia de esa imagen esteriotipada vendida como fórmula ideal del éxito, con la que triunfar en este mundo machista de mierda, que intentando cantar bien por una jodida vez en su vida, llene estadios en todo el mundo; y en cambio unos tipos como estos The New Christ que son capaces de exudar a chorros una de las mejores esencias musicales de los últimas décadas; de firmar canciones tan sublimes como “Coming Apart”, “No Way on Earth”, “I Swear”,“Another Sin”,“I Come Cheap”, “The Party Died”, “These Reasons” y por encima de todas ellas “On All Fours” y “On Top of Me” -auténticas joyas sólo al alcance de muy pocos-; de desfondarse actuación tras actuación dejándose la piel, pese a que Younger ya supera de largo los sesenta y Dickson los ronda; de poseer un magnetismo adictivo (una sola mueca del psicótico rostro de Younger transmite más sensaciones que la suma del contoneo de los culos de Shakira, Beyoncé y Rihanna juntas); de tener una de las carreras más brillantes, longevas y meritorias de la historia del rock  y de escupir con rabia un compendio musical que abarca desde el garage al rock clásico pasando por el rock oscuro en la onda de los mejores Joy Division con olor a hiel y con sabor a eternidad, no sean capaces ni de congregar a cien putas personas en sus conciertos.
Así que sólo unos pocos afortunados pudieron disfrutar de uno de los mejores conciertos acontecidos este año en Madrid. Y es que The New Christ rozaron la perfección durante casi dos horas que terminaron con unos bises incendiarios en los que cayeron la versión de los británicos Magazine: “Soth by both sides” y un pupurri final de temas en los que destacó una acojonante revisión del clásico de The Stooges, “Down on the street”. Todo un lujo que no hace más que confirmarme el hecho de que si el género del rock no vive un buen momento, no es por falta de artistas con talento, sino por el analfabetismo musical y el mal gusto que posee la mayoría de la sociedad.