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domingo, 18 de diciembre de 2011
DESCONCIERTOS (THE CHERRY BOPPERS)
Concierto celebrado el pasado Viernes 11 de Noviembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: cerca de 100 personas.
La banda de Santutxu (Bilbao) es otro ejemplo que constata una de las realidades musicales más evidentes de la Península: Euskadi es con diferencia su mejor y más prolífica cantera de músicos, grupos y solistas. Empiezo esta reseña con esta (mi) opinión (por no decir realidad más que objetiva) porque creo que tiene mucho mérito que de un territorio tan pequeño hayan surgido y sigan surgiendo proyectos musicales como churros, de tan enorme calidad, talento, frescura y originalidad, englobados en todo tipo de géneros y revitalizando todo tipo de sonidos y estilos. De hecho, sin echar la vista atrás y centrándome únicamente en grupos coetáneos, a vuelapluma me vienen a la mente decenas de nombres tan indispensables como: Barricada (¿se separarán realmente?), We Are Standard, Berri Txarrak, Txarrena, Betagarri, Su Ta Gar, Doctor Deseo, Sociedad Alkoholika, Fermín Muguruza, Ruper Ordorika, Fito y Fitipaldis, Pi.L.T., Atom Rhumba, Señor No… Listado ante el que solo puedo mostrar desde este humilde blog mi más sincera admiración y reconocimiento.
Centrándome ya en The Cherry Boppers en particular, vaya por delante que para mi es una de las mejores bandas de jazz funk, soul y música de raíz negra que hay en nuestro territorio. Esto es así porque poseen una facilidad pasmosa para mezclar estos géneros con otros estilos (base rockera evidente, pinceladas de acid jazz, toques de blues y altas dosis de psicodelia) lo que provoca un abanico de sonoridades que engrandecen sobremanera el resultado final. También porque son una de las bandas que mejor fusionan metales con cuerdas en la actualidad. Y sobre todo, porque tienen una facilidad asombrosa para generar hitazos a cascoporro, de esos que desatan pasiones e inundan de ardor y sudor las pistas de baile.
Este asombroso puzzle de sonidos explosivos, gran dinamismo y ritmo frenético es el resultado de unir seis piezas maestras: el ímpetu de “Ignatius Johnny” al tocar su hammond de forma infernal, la rotundidad de “Txefo K-Billy” y “Rambo The Street King” a la batería y al bajo respectivamente, los desaforados sonidos extraídos por “Willy Calambres Wallace” de su saxo, la contundencia de “Art LaRoque” al trombón y sobre todo, la suficiencia con la que “Xixo Yantani” consigue extraer de su guitarra, riffs abrasivos y punzantes en la onda del lisérgico Santana de los inicios y del estratosférico Charles Pitts (guitarrista del álbum “Shaft” grabado en 1971 por Isaac Hayes), provocando un éxtasis continuo en el oyente.
Éxtasis que en esta ocasión surgió de la mezcla de temas ya clásicos de su todavía no muy extensa, pero acojonante, discografía: la huracanada y trepidante “La pulguita” (“Play it again!”), su single más reconocible y rompepistas “Black Lolita”, su brutal versión del “Watermelon man” de Herbie Hancock, la frenética “Play it again, funk!”…, con el desglose casi completo de las canciones que componen su nuevo disco “Shakin´ The Hood” -que es el que presentaron esta noche al público de la capital-: “Wild imagination”, “Blasphem blaster”, “The harvest” y las impresionantes “Crosstown Traffic” (versión que homenajea al maestro Jimmy Hendrix, que por intensidad, originalidad y frescura, me atrevería a decir que podría sentar las bases de un nuevo género musical: el Psicodelic Rock and Soul) y sobre todo esa bestialidad que es “Hey!”, que a su vez abre una nueva veda en lo que a estilos musicales se refiere y que también me voy a atrever a bautizar como Garage Funk; y que acabó desembocando en una recta final memorable en la que The Cherry Boppers enloquecieron, ofreciéndonos un derilante, enloquecido y anfetamínico cierre de concierto en el que se multiplicaron los saltos, los bailes, los gritos y las situaciones asombrosas como la que protagonizaron LaRoque golpeando de forma magistral las teclas del hammond con su trombón e Ignatius completando la faena, tocando ese mismo hammond del revés.
Actitud, calidad y energía arrolladoras, que me trajeron a la mente a la mejor tradición de bandas gypsys y zíngaras de la Europa del Este, puestas al servicio de uno de los directos más brillantes que se pueden disfrutar a día de hoy en nuestros escenarios. Lujazo, vaya.
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sábado, 15 de octubre de 2011
DESCONCIERTOS (THE UGLY BEATS)
Concierto celebrado el pasado Viernes 30 de Septiembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: más de ½ entrada.
Cuando escucháis o leéis (como es el caso) que para referirse a algo o a alguien, se usan los adjetivos feo y sucio, por lo general tenderéis a pensar que ambas palabras tienen connotaciones negativas. De hecho vivimos en un mundo en el que la sociedad es adoctrinada, empujada y guiada a alcanzar esos ideales impuestos que rigen nuestro día a día: belleza, delgadez, juventud eterna, tetas gordas, rabos largos, bronceados perennes, dientes tan blancos que hasta brillan en la oscuridad, manicuras a lo peli porno decorando las típicas “manos pajeras”, ingles, huchas y sobaqueras depiladas…; porque evidentemente para conseguirlos hay que consumir mucho de muchas cosas: cremas, depilaciones, leches corporales (de las que vienen en bote, ojo), dietas, barritas energéticas, alimentos con fibra (que suelen ser los más caros), yogures caganderos, ropa de marca, peluquería, manicura, productos de higiene dental, operaciones de cirugía, implantes, rayos uva… Todo para no salirnos de los márgenes y modelos impuestos por las grandes empresas, difundidos en forma de machaconas campañas publicitarias a través de las más importantes empresas de comunicación del mundo. Por eso cuando montáis en el metro o en el autobús o cuando vais paseando por la calle veis montones de clones de uno de esos referentes actuales: Cristiano Ronaldo (chavales peinados con su crestita perfectamente fijada con altas dosis de gomina, pendientes imitando a brillantes, ropa “casual”, bronceado, brillo aceitoso en la cara y tableta de a doscientas abdominales por día) y montones de clones de esos otros modelos a seguir: la fauna femenina que abunda en realities y programas del corazón (princesas de barrio de cabelleras oxigenadas; pearcings de oro en labios, cejas y lengua; aros de tamaño estratosférico también de oro en las orejas; wonderbras realzando pechugas que pugnan por escapar de esa talla menos aunque sea por la espalda; taconazos y plataformas que provocan esos andares tan “femeninos” como de pingüino borracho cojo, que acaban siempre a altas horas de la noche en bolsas y mochilas, siendo sustituidos por zapatillas cómodas por unas usuarias que terminan con más rozaduras que el chumino de una puta de Montera el fin de semana; ropa ajustadísima y complementos -cinturones, bolsos, colgantes…- lo más grandes y brillantes posibles y con la marca bien visible para que todos podamos apreciar lo buenas que son las imitaciones del mercadillo). Pero hay muchos más cánones de nuestro siglo: el moderno gafapastas, la latina exuberante a lo Jennifer López (aunque una dominicana o colombiana pese noventa kilos llevará puestos unos pantalones ajustados y una blusa o camiseta marcalorzas y resaltaglobos), la modernata con gafas enormes y faldas y blusas heredadas de su bisabuela, los patagambas enfundados en pantalones pitillo y abrigados por chaquetas a lo grupo británico de moda (The Strokes´ style) y un sinfín más. Todos buscando con mayor o menor acierto alcanzar los pilares que marcan nuestra sociedad: ser guapos, ser delgados, tener éxito y tener reconocimiento social. Todos tan alejados de los cánones de varios de los géneros musicales -rock, garage, punk- donde menos importancia se ha dado precisamente a conceptos como el de la belleza, la perfección formal, el culto al cuerpo o a seguir los cánones de la moda imperante. Con respecto a estos conceptos ya había escrito yo en el pasado la siguiente reflexión: “los más grandes de la música han sido y son feos: Janis, Jagger, Bowie y Mercury y sus respectivos dientacos, Townsend y su narizota, Malcolm y Angus, Iggy, Rod Steward y tantos y tantos otros. Digamos que tienen un sex-appeal acojonante, que muchos poseen un carisma que puede llegar a provocar pasiones, pero guapos lo que se dice guapos no son. Y los que sí lo han sido como Morrison y Kobain parecieron intentar de todas las maneras posibles afearse para no ser la excepción que confirmase la regla: el primero convirtiéndose en un barbudo hombre lobo y el segundo dejando que los chorretes de mierda aliñasen su pelo, vistiendo ropas holgadas y desaliñándose hasta decir basta. Lo que pasa es que los genios son capaces de seducirnos pese a no poseer esa belleza clásica tan buscada a lo largo de los siglos. Y por eso un sólo golpe de cadera de Iggy, una sonrisa bravucona de Rod o una pose diabólica de Jagger son más seductoras y atrayentes que la peonza Bisbal dando doscientos giros seguidos de 360º mientras sus ricitos cortan el viento”. En la actualidad lo feo y lo sucio cada vez está menos de moda. Quizás por eso el rock no vive un buen momento y cada vez es menos mayoritario. Pero quizás también por eso, las miles de bandas sucias y feas que todavía siguen poblando cada rincón del planeta, nos parezcan a los “outsiders” que seguimos queriendo escapar de la mierda imperante alienante, mucho más auténticas y meritorias que hace unas décadas y las disfrutamos con más pasión que antaño. Los tejanos The ugly beats son una de esas grandes bandas. Un grupo que hace honor a su nombre y golpea con pasión y pulsión casi salvajes y que por supuesto está compuesto por cuatro tipos feos y una dama encantadoramente fea también, tanto que se torna irresistible en las distancias cortas cuando te sonríe y te susurra con su acento 100 % americano “¿cómo estaus guapou?”. Hacedores y valedores de un sonido sucio, abigarrado, infernal, pegajoso, abrasivo, exento de pureza, de belleza formal, de supuestas perfecciones de esas que en realidad suenan siempre a lo mismo y están faltas de vida, sudoroso y sexual. O lo que es lo mismo: de un sonido humano, atrayente, adictivo y real como la mierda que impera en nuestro mundo. Un sonido que huye de lo convencional y de las modas. Que huele a habitación revuelta tras una noche de sexo salvaje, que sabe a braga empapada y que suena al “Go ahead, make my day” de Harry el Sucio. Un deleite para todos aquellos que sabemos que lo realmente sublime es la imperfección; que tras tintes, operaciones, maquillajes, postizos, ensaladas y anabolizantes se esconden seres humanos que sufren como el resto de mortales, que viven con nuestros mismos miedos y temores y que en el fondo están deseando cometer los mismos pecados que nosotros. Y es que por mucho que quieran vendernos que tenemos que ser ovejitas guapas y lustrosas que se acomoden a la desastrosa situación económica y política actual sin decir ni mu (mejor dicho, sin decir ni beeeeeee) a ritmo de bulería, bulería; lo cierto es que ese lobo que llevamos dentro y que sólo algunos dejamos salir de vez en cuando (éste es el problema principal) nos hace que acabemos identificándonos con esos “malos” que acaban haciendo lo incorrectamente correcto para ellos, como ese jodido cabrón que es Santos Trinidad, soberbiamente interpretado por José Coronado en “No habrá paz para los malvados” y que tengamos deseos de desatar nuestras pasiones más pecaminosas: sudar, bailar, follar y emborracharnos con bandas sonoras auténticas y pasionales de fondo, como lo son las canciones de estos The Ugly Beats.
Los americanos surgieron en 2003 de las cenizas de la formación eminentemente surf The Sir Finks y desde entonces han golpeado con fuerza tanto en sus discos: “Bring on the beats!” (2004), “Take a stand” (2007) y “Motor!”(2010) -que es el que han venido a presentar en esta gira española-; como en sus salvajes directos. Si os digo que es un grupo beat con claros aires sixties que además suena garagero, rockero y con trazas de punk, estaréis pensando que se trata de una banda revival que mezcla varios estilos y que tal vez no aporte nada nuevo. Pero ahí es donde os equivocáis, porque The Ugly Beats ha conseguido aplicar con éxito la siguiente fórmula a sus composiciones: hacer impredecible lo predecible. Algo que consiguen al mezclar géneros e influencias de manera eficaz y sorpresiva, plagando las melodías de matices que provocan que el oyente nunca pueda predecir que va a ser lo siguiente que va a encontrarse. Así una canción puede empezar con un ritmo sesentero para luego derivar en una melodía de rock vigoroso con la inclusión de unas potentes guitarras, pasar a tener una base rítmica totalmente punk y terminar en éxtasis psicodélico. Todo ello por supuesto supeditado a la búsqueda de un sonido eminentemente sucio, salvaje y primitivo en la onda de las mejores bandas de tradición garagera. Todo ello formando un batiburrillo esplendoroso en el que las potentes bases rítmicas y la actitud del quinteto en escena son eminentemente punks, las guitarras indómitas y afiladas son fundamentalmente rockeras, el sonido pegajoso es principalmente garagero y las melodías, matices y el órgano tocado por Jeanine son claramente sixties y beben directamente del sonido mod de grandes bandas como The Who. En el plano vocal, hay que destacar la aportación de todos los miembros de la banda en momentos puntuales haciendo unos coros y acompañamientos sobresalientes, pero por encima de todos el que lleva la voz cantante es el también guitarrista Joe Emery, que en los temas más vigorosos recuerda y mucho a Billie Joe Armstrong de Green Day (“Girl on the brain”) y en los más psicodélicos al gran Sam Andrew de Big Brother and The Holding Company -sí, la banda en la que despuntó Janis Joplin- (“KO´D” y sobre todo en la maravillosa versión que hacen del “Filthy Rich” de los acojonantes garageros holandeses de los sesenta The Outsiders). Todo ello al servicio de un directo visceral y salvaje en el que cayeron temas antiguos y nuevos -trallazos todos de poco más de tres minutos- formando un repertorio impoluto en el que se me hace muy difícil destacar unas canciones por encima del resto. Deciros que fundamentalmente desgranaron su último largo: el ya mencionado “Motor!” y que uno de los momentos más emocionantes para mí fue cuando versionaron “I´ll make you happy” de The Easybeats, canción que me hizo recordar a mis añorados Fortune Tellers que también solían interpretarla en sus directos de forma soberbia. Ya que acabo de hacer referencia a una banda patria, sería injusto no mencionar que en muchos momentos por actitud, sonido y vigorosidad también me recordaron a esos otros bestias sobre el escenario que son Doctor Explosión. Vamos, que nos ofrecieron un conciertazo de esos que se te quedan marcados a fuego en las tripas y que sirvió para corroborar el buen ojo que tiene Greg Kostelich de The Cynics que es quien ha publicado todos sus discos en su sello Get Hip Records. Una gozada que concluyó con un servidor departiendo amigablemente con unos músicos que se volcaron con el público que acudió a verles mostrándose amables, cercanos, simpáticos y agradecidísimos. Y es que queridos lectores, estos feos son muy pero que muy guapos.
Por cierto, perdón por la chapa de hoy, pero es que los caminos de la fiebre son inescrutables.
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miércoles, 28 de septiembre de 2011
DESCONCIERTOS (JC BROOKS AND THE UPTOWN SOUND)
Concierto celebrado el pasado Miércoles 21 de Septiembre de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 350 personas aproximadamente.
Voy a ir directo al grano. Es cierto que JC Brooks es un frontman como la copa de un pino, pero no es menos cierto que los músicos que lo acompañan son los que a la postre consiguen que el sonido de este grupazo sea distinto al de otros muchos combos clasificados como “retro”. Porque la batería de Kevin Marks y sobre todo el bajo de Ben Taylor proporcionan una base rítmica demoledora e infernal muy cercana al punk e incluso al garage (The Stooges, Booker T and The MG´s). Y porque el guitarrista Billy Bungeroth toca su guitarra de una forma salvaje extrayendo de su instrumento unos riffs incendiarios que otorgan una base muy rockera a todo el conjunto. Digo esto porque me parece un poco injusto que en el nombre de este cuarteto de Chicago se otorgue un lugar prioritario a su cantante, cuando en realidad todos sus miembros aportan grandes dosis de calidad que en definitiva son las que hacen de su sonido algo especial y sugerente. Un sonido que para que os hagáis una idea, repite una fórmula parecida a la de mis adorados The Bellrays, donde la felina voz 100 % soulera de Lisa Kekaula se eleva sobre unas bases muy rockeras y también con ciertas dosis garageras e incluso psicodélicas. Banda que por cierto no se denomina Lisa Kekaula and The Bellrays, por poner un ejemplo, pese a que en este caso concreto, la voz de ésta aporta sin lugar a dudas mucho más empaque al conjunto que la del propio JC al resultado final de sus The Uptown Sound.
Con esto no quiero restar méritos al señor Brooks -que conste-, sino resaltar los del resto de sus compañeros. Una vez hecho esto, ahora ya sí, toca ensalzar al frontman de esta banda. JC Brooks es un bigardo que exuda magnetismo, sensualidad y energía. Tocado con su impoluto traje, se comió el escenario con sus contoneos y movimientos y por ende acabó devorando al público asistente, que extasiado se rindió a sus pies como un corderillo asustado ante la presencia del atractivo lobo feroz. Y es que es muy difícil no rendirse ante los encantos de un tipo que recuerda en sus movimientos y en los temas más salvajes, al tono de voz de James Brown; que físicamente (sobre todo su rostro y su peinado) se parece al sexual Little Richard y que en los temas más cálidos y pausados consigue asemejarse al maestro Curtis Mayfield. Por ponerle sólo un pequeño un pero, hay que reconocer que a la hora de ejecutar registros altos pierde un poco de potencia en su voz, algo que no obstante intenta camuflar con unos falsetes de lo más logrados. Siendo éste por tanto el único pequeño defecto encontrado en toda su actuación, supongo que ya imaginaréis lo que os voy a decir ahora: sí, el de JC Brooks & The Uptown Sound fue un conciertazo en toda regla, donde el papel protagonista lo tuvieron las canciones correspondientes a su último disco publicado: “Want more”, que es el que han venido a presentar al público español en esta gira y del que destacaron las explosivas: “I got high” y “I can see everything”. No obstante también revisaron el fantástico “Beat of our own drum” (2009) que contiene auténticas joyas como “Baltimore is the new Brooklyn” y “Alright”, que una vez más volvieron a resultar avasalladoras en directo. El repertorio lo completaron algunas versiones tamizadas bajo su personal óptica entre las que destacó, ya en los bises, la que hicieron del tema “Tainted love”, donde se erigió como principal protagonista el poderoso bajo de Ben Taylor.
Poco más de una hora que voló como un suspiro y que sirvió para demostrar una vez más aquesto de que lo bueno si breve dos veces bueno y aquello de que más vale dejar al público con ganas de más, que saturarlo en exceso con más paja que chicha. Así que ya lo sabéis para próximas visitas: JC y sus colegas sólo ofrecen chicha de la buena, pero tampoco os penséis que os vais a pegar un atracón de dos horas. Avisado queda.
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lunes, 25 de julio de 2011
DESCONCIERTOS (THE NEW CHRISTS)
Concierto celebrado el pasado Jueves 16 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 80 personas aproximadamente.
Así que sólo unos pocos afortunados pudieron disfrutar de uno de los mejores conciertos acontecidos este año en Madrid. Y es que The New Christ rozaron la perfección durante casi dos horas que terminaron con unos bises incendiarios en los que cayeron la versión de los británicos Magazine: “Soth by both sides” y un pupurri final de temas en los que destacó una acojonante revisión del clásico de The Stooges, “Down on the street”. Todo un lujo que no hace más que confirmarme el hecho de que si el género del rock no vive un buen momento, no es por falta de artistas con talento, sino por el analfabetismo musical y el mal gusto que posee la mayoría de la sociedad.
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viernes, 22 de julio de 2011
DESCONCIERTOS (THE CRAWDADDYS Y DAVILA 666)
Concierto celebrado el pasado Domingo 12 de Junio de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 80 personas aproximadamente.
Tras el festival “Go Sinner Go!!” celebrado en Toledo durante los días 10 y 11 de Junio, se programó casi en secreto y sin apenas darle publicidad, un especial fin de fiesta con dos de los grupos cabezas de cartel –The Crawdaddys y Davila 666- el Domingo 12 en la madrileña sala El Sol. Viviendo los tiempos que vivimos, era de prever lo que finalmente ocurrió: que el público asistente fue muchísimo menos numeroso de lo que estas dos bandas deberían haber aglutinado. Pero claro, si al secretismo del evento en cuestión (esto sigo sin entenderlo, de veras), le unimos que encima ambos grupos ya habían tocado dos días antes dentro del festival ya mencionado (y por tanto los fans más acérrimos ya acudieron a verlos a la ciudad castellano manchega) pues el resultado fue que, pese a que en los ambientes más “rockero/garagero/malasañeros” había ganas de ver a una de las bandas que más están renovando el garage nacional -Dávila 666- y sobre todo de degustar en directo a uno de los máximos referentes del Revival Garage mundial -The Crawdaddys-, que encima desde los años setenta cuando surgieron, nunca antes habían visitado Europa y por tanto España; asistimos a una velada bastante desangelada (pese a las ganas demostradas sobre todo por Davila 666) y hasta algo deprimente (la sempiterna cantinela de que el Rock se nos muere poco a poco volvió a revolotear sobre las cabezas de los amantes del género, entre los que me incluyo), con la amarga sensación de que si se hubiesen hecho de otra forma las cosas, el resultado podría haber sido bien distinto.
Un regusto amargo que Davila 666 se encargaron de borrar como mejor saben hacer: con contundencia y con una brutalidad sonora en la que no obstante, se apreciaron exquisitos matices, como esos toques sixties tan característicos de su sonido, que consiguieron elevar la carga melódica de su intenso estilo, cimentado en el rock y el garage más sucio que pueda imaginarse. No en vano, se mostraron como unos alumnos más que aventajados de esos Doctor Explosion (su cantante Jorge no quiso perderse este concierto y estuvo entre el público presente) que llevan más de veinte años deleitándonos con su colérica mezcla de garage, punk, rock, surf y como no, también esas claras reminiscencias al sonido sixtie que ya son marca de la casa. En menos de una hora, “los Davila” desataron un vendaval sonoro que fue como un ladrillazo directo a los cojones, que nos dejó a todos noqueados y babendo. Entre lo mejor de su repertorio, como siempre destacaron: “Basura”, “Sabes que quiero” y “Pingorocha y la diva rockera”, siendo la guinda de su gran actuación (otra más). Y es que estos tíos no han sabido nunca lo que es tener un mal día en directo (y sus seguidores, bien que se lo agradecemos).
Un regusto amargo que volvió a desertizar nuestros gaznates como en los días después de una borrachera, cuando The Crawdaddys saltaron a escena, debido sobre todo a que la formación capitaneada por Ron Silva no acometió esta actuación con las ganas con que sí lo habían hecho anteriormente Davila 666. Supongo que porque el plato fuerte de su visita a España para ellos ya había pasado (el festival Go Sinner Go!!) y porque lo que debería haber sido una sala abarrotada que les agasajara como sin duda ellos merecen (y ellos mismos creen que merecen con más razones que un Santo), se quedó en una sala medio vacía, que estoy convencido que a estas alturas de la película (son reconocidos como los pioneros del Revival Garage; han sido los padres de la escena rockera y garagera de San Diego en los años ochenta; han sido homenajeados e idolatrados por bandas tan legendarias como The Who -aviso para navegantes, aparecen tocando en la película Quadrophenia-; llevan más de treinta años siendo un referente mundial en su estilo y han firmado auténticas joyas de la música de todos los tiempos como “Lolette”, “Pretty Face” o “I'm Gonna Leave You”) no les motivó lo suficiente. Eso les hizo tocar con una marcha menos de lo que se esperaba y de lo que se le presupone a un grupo de su altura, sufriendo el ritmo de su actuación demasiados altibajos. Vamos, que les faltó chicha y sonaron hasta un tanto oxidados, lo que sobre todo en los temas de rock americano más puros de su repertorio, provocó la sensación de que sus canciones no han envejecido todo lo bien que deberían. No obstante, unos músicos de su categoría consiguieron en otros muchos momentos del concierto, volver a emocionarnos, principalmente en suss temas más sixties y garageros. Y es que claro está, son muy buenos. La putada fue que en esta ocasión no encontraron los suficientes motivos como para demostrarlo ante una audiencia, que no obstante, disfrutó de lo lindo con sus ídolos.
miércoles, 22 de junio de 2011
DESCONCIERTOS (THE CYNICS)
The Cynics son una de esas bandas que para el que escribe este blog, posee la categoría de “grande”. Un adjetivo que yo ya he utilizado en otras ocasiones con solistas y grupos como André Williams, Robert Gordon, Buzzcocks, Dick Dale, The Bellrays, James Chance… El elemento común de todos ellos, es que han alcanzado cotas altísimas de calidad y el respeto y admiración de muchísimos amantes de la música a nivel mundial, pero, no nos engañemos tampoco, nunca han tenido un reconocimiento y éxito masivos. De hecho, seguro que el 90% de la población de este país como poco, reconocería una foto de David Bisbal y podría decirte algo de él, pero ni un mísero 1% tendría ni puta idea de quién es Michael Kastelic ni sería capaz de ponerle cara. Este tipo de injusticias siempre me han entristecido bastante, aunque he de confesaros que en el fondo, y supongo que al igual que os ocurrirá a los que soléis leer este humilde espacio, el ser admirador de bandas y artistas que en general pasan desapercibidos para la inmensa mayoría de la gente, me hace sentirme un poco especial, como si fuese partícipe de un recóndito y maravilloso secreto que casi nadie conoce. Pues bien, en el caso que hoy nos ocupa, ese secreto que se esconde tras los nombres de Kastelic y Kostelich (miembros fundadores de The Cynics), acompañados durante esta gira española de los asturianos “Pibli” a la batería y Ángel Kaplan al bajo (ambos músicos relacionados con Doctor Explosión, otros grandes, en este caso de la escena musical española), es el de una de las formaciones de garage más imponentes que ha habido en el último cuarto de siglo. Ni más ni menos. ¿Y qué es lo que los hace grandes? Entre otras cosas, que poseen una discografía plagada de éxitos con los que una vez más nos deleitaron -cayeron las habituales (y soberbias) “Baby, what´s wrong”, “Way it´s gonna be” (ya en los bises), “Yeah”, “What she said” (temazo de su anterior álbum “Here we are”) y esa estratosférica versión del “Abba” de The Paragons, que supera en energía y rabia al original-; que siguen creciendo compositivamente con el paso de los años, como pudimos comprobar al escuchar los temas nuevos de su reciente disco publicado “Spinning Wheel Motel”, que por cierto da también título a una de las mejores canciones del largo, oscura, vibrante y con altas dosis de psicodelia; que pese a llevar más de veinticinco años pateando escenarios siguen conservando un estado de forma envidiable y afrontan cada nuevo concierto con una energía y ritmo trepidantes de principio a fin -tocaron más de dos horas, sin dar un solo respiro, con un Kastelic igual de enchufado que siempre y sí, también igual de borracho que casi siempre, y remataron con dos tandas de bises acojonantes- y que poseen ese innato magnetismo tan difícil de encontrar en las bandas actuales. Porque aunque el gran (en todos los sentidos) Gregg Kostelich apenas se menee ya sobre el escenario, sigue extrayendo infernales y arrolladores sonidos de su guitarra y poseyendo una imponente presencia oculto tras sus sempiternas Ray-Ban y porque Michael Kastelic (esa especie de reencarnación eterna de Marc Bolan) sigue siendo un vendaval sobre las tablas, incendiario, provocativo, canalla y enérgico. Y el resultado claro está, es que volvieron a ofrecernos otro concierto sobresaliente, que por méritos propios se ha convertido ya, en uno de los mejores del año. Ahora ya sólo nos queda volver a iniciar la cuenta atrás, contando los días que faltan para su próxima visita.
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martes, 7 de junio de 2011
DESCONCIERTOS (SEX MUSEUM Y ELECTRIC FENCE)
Concierto celebrado el pasado jueves 26 de Mayo de 2011 en El Sol (Madrid). Público: ¾ de entrada.
La novel banda madrileña Electric Fence fue la escogida por Sex Museum para telonearles. Con ello les brindaron la oportunidad de que demostrasen sus cualidades y lo cierto es que cumplieron con nota. Porque aunque es cierto que su fórmula, inspirada fundamentalmente en el hard rock clásico, no es excesivamente original a estas alturas de la película y que algunos temas sonaron demasiado parecidos entre sí, lo cierto es que poseen a su vez un buen puñado de potentes canciones –“Sex doll”, “Burn out blues”, “Look out”…-, una gran intensidad y altas dosis de desparpajo. Su sonido recordó fundamentalmente al de bandas de rock y hard rock americanas, en la onda de The Black Crowes, pero con un toque más potente, sobre todo gracias a su poderosa sección rítmica. Y hablando de secciones rítmicas, me parece de ley comenzar mi crónica sobre el concierto posterior de Sex Museum, elogiando la que para mí es sin duda la más potente, contundente y atronadora unión de bajo y batería que hay en este país, y que no es otra que la formada por Loza y Javi Vacas, que a su vez también forman parte de Los Coronas junto con Fernando Pardo. Un Fernando que fue una vez más el encargado de presentar los diferentes temas que fueron cayendo, y como no, de marcar el ritmo del concierto con sus soberbios riffs de guitarra que fueron ganando en velocidad e intensidad a medida que avanzaba la actuación. Ya que he empezado, seguiré con las presentaciones hablando de Marta Ruíz, que es sin duda la gran culpable de que los temas de Sex Museum hayan ido adquiriendo con el paso de los años (y sobre todo en el directo) un tono cada vez más oscuro. Su último disco: “Again and again”, publicado recientemente y que tocaron prácticamente en su totalidad, es un buen ejemplo para comprobar como en el sonido de la banda cada vez tienen más presencia los teclados por encima de las guitarras, algo que en discos anteriores era al revés. Y he dejado para el final a Miguel Pardo, porque fue sin duda el epicentro de esta actuación. Su desparrame de energía y cojones, su presencia hipnótica y su personalidad para convertirse en el aglutinador de todas las miradas, fue toda una lección (una más de las miles que lleva) de todas las cualidades que debe poseer un buen frontman. La prensa musical más pejiguera ha criticado en ocasiones su mala pronunciación en inglés, quizás porque nunca han entendido que lo que verdaderamente le convierte en un cantante cojonudo es precisamente el don que tiene para “apardar” o “amiguelar” (como prefiráis) todas y cada una de las sílabas que salen de su garganta, consiguiendo un sonido único, personal y reconocible, dotando de un ritmo que parece un in crescendo continuo a cada palabra, cada frase y cada párrafo de las letras que interpreta y provocando una especie de cascada tonal que aunque parezca imposible, siempre consigue elevarse más y más. Una prensa musical que luego en cambio se corre con las monótonas e insulsas voces de los grandes iconos del indie pop, encumbrándoles al olimpo de los Dioses (me cago en la puta una y mil veces). Pero hoy no voy a dedicarle ni una palabra más al jodido indie pop patrio, porque hoy toca hablar del género que más y mejor sabe tocar el lado salvaje y animal del ser humano, pese a que por desgracia no viva uno de sus mejores momentos (que ya ni los Sex Museum logren el cartel de no hay billetes es algo más que preocupante), que no es otro que el del rock. Porque rock con mayúsculas es lo que llevan más de veinticinco años haciendo los que son sin duda uno de los grandes referentes de este género en nuestro país. Sin olvidarnos claro está de sus altas dosis de garage, psicodelia, hard rock y como no de su primera etapa más soulera y con querencia también por el R & B. Todo un puñado de géneros puestos al servicio de unas canciones que llevan acompañándonos toda nuestra vida, siempre compuestas y ejecutadas con una maestría fuera de toda duda. Pese a todos estos merecidos halagos, no puedo ocultar el hecho de que éste no ha sido uno de los mejores directos de Sex Museum a los que yo he asistido. A mi modo de ver, el principal problema radica en que los cortes de su nuevo álbum (más clásicos y menos “hard”) en directo suenan menos contundentes que el resto del repertorio y esto rompió un poco el ritmo infernal que caracterizó por ejemplo su última gira: “Smash your hits tour” en la que tocaban una selección de los mejores temas de su carrera, esos que se recogieron en el imponente disco “Fifteen hits that never were”. Por eso, buena parte del público entre los que se encontraban muchos amigos, se acercaba a la barra y me comentaba: “está bien pero les falta rematar”, “¿cuándo viene la tralla?” u “hoy están más blanditos, ¿no?”. Y lo cierto es que sobre todo en los primeros tres cuartos de hora, estuvieron más tranquilos que de costumbre. Fue en esta parte del bolo cuando cayeron casi todas las nuevas canciones (que pese a todo, a mí me parecen muy buenas): “Again and again”, “Masterplan”, “Let me go home”, “Save your soul”, “Go go rocker”… Mención especial merecen las oscuras y majestuosas “I´m falling down” y “Seven Days”, que se elevaron por encima del resto y estuvieron a la altura de temas pasados como “Two sisters”, “Landlords” o “I enjoy the forbidden”, que mucho más rodados, fueron de los mejores momentos del bolo. Mientras tanto, yo le decía a mis colegas, esperad a que suene el “Go around” (temazo oscuro, psicodélico, monumental y arrebatador con el que cierran “Again and again”) y ya me contaréis si no tiene caña también el último largo de la banda. Pero lo cierto, es que fue casi el único del disco que no tocaron, y yo personalmente, lo eché de menos y me quedé con las ganas de escuchar su huracanado y apocalíptico sonido en directo. Sólo espero que lo incluyan en futuros conciertos, porque creo sinceramente que se convertiría en uno de los mejores momentos de la actuación. No obstante, a partir de “Seven days” -última canción del “Again and again” interpretada esta noche y como ya he dicho anteriormente, una de las que con más rabia y empaque de dicho disco ejecutaron-, y sabiendo como saben estos pedazo de profesionales que el sprint final de los conciertos es el que acaba por dictar sentencia, se desmelenaron y nos ofrecieron una última media hora larga que fue un éxtasis de electricidad, clase, contundencia y grandes dosis de rock. Así fueron cayendo temazo tras temazo: “Ghost without a will” del “United”, “Let´s go out” del “Sonic”, la versión de “Hard road” de Rod Stewart, “Red ones” del “Speedkings” y como cierre, la soberbia reinterpretación de casi quince minutos del “I´m free” de The Who, con la que se desbocaron y nos ofrecieron toda una colección de solos brutales con los que acabaron (como siempre) poniendo la sala patas arriba, borrando dudas de un plumazo (como siempre), dejando a los asistentes exhaustos y felices (como siempre) y dando toda una lección de cómo debe entenderse, vivirse y ejecutarse el mejor rock (como siempre). Y yo, como el resto del público presente, no puedo por menos que agradecerles que nos hiciesen disfrutar de un espectáculo tan apoteósico… Como siempre.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD- enlace al videoclip del tema "Go around" de Sex Museum: http://www.youtube.com/watch?v=UdIsz-tHp2w
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sábado, 28 de mayo de 2011
DESCONCIERTOS (NOVEDADES CARMINHA Y JUANITA Y LOS FEOS)
Concierto celebrado el pasado Jueves 19 de Mayo de 2011 en El Sol (Madrid). Público: 120 personas aproximadamente.
Menos de un año después de su última visita a El Sol, la banda madrileña de punk y garage, Juanita y los Feos, volvió a subirse a las tablas de la mítica sala de conciertos de la capital. Y hay que reconocer que en esta ocasión sonaron mucho más conjuntados (las canciones van cogiendo más cuerpo en el directo) y sobre todo que Juanita ha conseguido domar bastante su voz (del grito horripilante y desafinado ha pasado a la modulación correcta, con una mejor vocalización y una mayor gama de registros y matices) pese a que para conseguirlo en algunos momentos pecase de falta de intensidad. Sin ser la repanocha, tampoco hay que engañarse, volvieron a desarrollar un show divertido cimentado sobre todo en las ácidas letras de sus temas más destacados: “Angelines”, “Tu secta es guay” o “El agujero”. Y poco más, la verdad. De hecho, que después de su actuación saltasen a escena los enloquecidos Novedades Carminha, no hizo más que evidenciar las enormes diferencias -musicales, compositivas, de sonido, de actitud, de empaque y de contundencia- existentes entre una banda que no deja de ser poco más que un divertimento y otra que juega en una liga superior y que demostró condensar en su directo la esencia del mejor punk. Y es que los de Santiago de Compostela en poco más de una hora, desplegaron un enorme poderío (exigible a cualquier artista que se suba a un escenario, pero sobre todo indispensable en una banda englobada dentro de uno de los géneros -el del punk-, que más basa su éxito en los pilares de la intensidad y la actitud). Con un ritmo trepidante, centraron su repertorio en los nuevos temas de su último disco publicado, “Jódete y baila”, aunque también tuvieron tiempo de repasar algunas de las canciones más famosas de discos anteriores. Y se llevaron el gato al agua, aplicando esa fórmula del éxito que ha caracterizado siempre a los grupos de punk rock peninsulares (Kortatu, Eskorbuto, La Polla Records) y en concreto del punk gallego (Radio Océano, Viuda Gómez e Hijos, Desvirgueitors): muchos cojones, máxima intensidad, mucha tralla y desbarre de cojones. Sin duda, uno de los grupos españoles de punk rock (con toques también de garage) que goza de mejor salud en la actualidad.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD- enlace al tema "Chulo, hortera y cumplidor" de Novedades Carminha: http://www.youtube.com/watch?v=SgQjcWG_MOo&feature=related
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sábado, 14 de mayo de 2011
DESCONCIERTOS (DOCTOR EXPLOSIÓN)
Concierto celebrado el pasado sábado 7 de Mayo de 2011 en El Sol (Madrid). Público: casi lleno.
Los asturianos Doctor Explosión llevan más de veinte años ejecutando la siguiente fórmula en escena: ACTITUD + COJONES + CAÑA BRUTA = CONCIERTAZO. Como si los años no pasasen por ellos (de hecho este ha sido el bolo más rotundo, colérico, encorajinado y brillante que yo les he visto, dentro de su amplia carrera, siempre sinónimo de calidad superlativa), la banda encabezada por Jorge Explosión volvió a arrasar en la capital, tras desfondarse literalmente durante más de dos horas de actuación en la que nos deleitaron nuevamente con sus altas dosis de garage, punk, rock, surf e incluso toques muy beat y aires muy sixties, que son sobre todo los que más caracterizan las doce canciones que conforman el que es su último álbum de estudio, “Hablaban con frases hechas”, que precisamente fue el que presentaron durante este concierto. Dentro de su amplísimo repertorio volvieron a mezclar canciones tanto en inglés como en castellano, ejecutadas todas ellas con una intensidad incontestable, sin dar un solo respiro a un público que acabó igual de exhausto que ellos. Volvieron a derrochar esa clase, desparpajo y “animalismo” que son ya marca de la casa y que muy pocos grupos españoles han sido o son capaces de lograr en sus directos (los primeros Siniestro Total, los ya extintos Ilegales o los vigentes Los Chicos, son de los pocos que pueden equiparárseles en cuanto a energía desplegada sobre un escenario). Y evidentemente volvieron a triunfar, regalándonos el que es sin lugar a dudas uno de los mejores conciertos que se hayan podido ver en la capital en lo que va de año, que concluyó con unos bises brutales en los que los miembros de la banda acabaron desparramados por el suelo de la sala, mezclándose entre un público que acabó más caliente que los chuminos de las putas de Montera tras una jornada de trabajo. Es por tanto un gustazo poder presumir de que en este país exista un grupazo como éste, es por tanto un placer poder haber asistido una vez más a uno de sus conciertos y es por tanto mi mayor deseo el que vuelvan a visitarnos lo antes posible. Muy grandes, sí señor.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD- enlace al videoclip del tema "Surf & Shake" de Doctor Explosión: http://www.youtube.com/watch?v=IWQ1rISJ-p8
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