lunes, 27 de septiembre de 2010

DESCONCIERTOS (LA DÉBIL + ALBERETO Y KRAPOOLA)



Concierto celebrado el pasado sábado 18 de Septiembre en El Sol (Madrid) ante unas 150 personas.

ALBERETO Y KRAPOOLA: este dúo se mueve dentro de las procelosas aguas de ese nuevo género en alza que es el noise. Yo todavía recuerdo cuando de chaval ponía a todo rabo a grupos como Sepultura, Pantera o White Zombie en casa de mis padres y estos me decían que eso no era música, que era puro (y puto) ruido. Veinte años después el ruido ha dado paso al noise, algo acorde con esta época de imbecilidad mayúscula en la que nos ha dado por usar anglicismos para hacer que las mismas cosas que antes definíamos con términos en castellano aparenten tener una mayor enjundia y suenen más cool. Así ahora, a ir a correr lo llamamos hacer footing, al fuera de juego lo denominamos outside, para referirnos a la gente sin hogar usamos el término homeless, un autónomo es un freelance, un anuncio televisivo se conoce como spot, el gimnasio es el gym, las noticias de toda la puta vida ahora son las “news” y paro ya, porque me estoy poniendo de muy mala hostia. El caso es que cuando “mi música” no era comprendida ni entendida por mis mayores, yo pensaba que estos eran unos puretas. Y ahora, con el paso de los años, y teniendo en cuenta que no comulgo en demasía con propuestas musicales como las de Albereto y Krapoola, me pregunto si yo mismo no me estaré volviendo también un pureta. Lo único que puedo dejaros claro es que mis opiniones sobre el noise no están hechas a la ligera, ya que por suerte o por desgracia he tenido bastante contacto con grupos y bandas afines al género. Por eso, puedo deciros que por momentos, el estilo de este dúo al que hoy me refiero, tuvo semejanzas con la música de una banda a la que sí respeto dentro del mundo del noise -bien es cierto, que sus canciones profundizan en un espectro sonoro mucho más amplio-: Clipd Beaks (de la que ya he hablado anteriormente en este blog), sobre todo en el hecho de concebir muchos pasajes de sus composiciones como una especie de música ritual. También es cierto que la música de Albereto y Krapoola es original y sobre todo incluye un elemento diferenciador dentro de un género que “va de serio y elevado” pese a que luego sea una mierda más gorda que la cagó la vaca (y sino escuchad si tenéis cojones el disco “Papercuts theater” de Burning star core –proyecto de C. Spencer Yeh, otro “respetadísimo iluminado” del género del noise, la improvisación y la experimentación, del que también he hablado en el pasado por estos lares). Ese elemento diferenciador que tanto se agradece en sus actuaciones es el del humor. Escuchad la voz “abaturrada” de Albereto y las letras de sus canciones y sabréis a que me refiero. Otra cosa que tengo clara es que pese a que pueda estar un tanto “apuretado” y ya me acerque peligrosamente a lo que se tiende a denominar como un “viejoven”, sobre todo en lo que a gustos sonoros se refiere; es más que evidente que este tipo de música no posee el alma salvaje y energía desbocada que sí poseen esos grupos ruidistas de los que antes os he hablado: Sepultura, Pantera, Soulfly, Napalm Death y tantos y tantos otros (y es que como dirían mis queridos Barricada: “pasión por el ruido” es lo que yo sentía y siento al escucharles). La monotonía a la que normalmente se ven abocados los ruidos y chirridos rituales en los que se mueven artistas como Albereto y Krapoola, no transmite la fuerza que sí transmiten los grupos de metal pesado y hardcore. Por eso, el público suele distraerse en actuaciones como la del sábado pasado y comienza a hablar a los cinco minutos. Eso sí, es tal el ruido que se generaba desde el escenario, que en este caso, las conversaciones no taparon ni por asomo las notas músico-chirridistas, que sobrevolaban la sala. Por momentos, mis tímpanos lo hubiesen agradecido sin duda. En definitiva, lo que ocurre es que por mucho que los defensores de estas moderneces se empeñen en comentar que estos sonidos poseen una esencia primitiva capaz de arremolinarte, realmente son bastante fríos y faltos de alma. Por eso al observar una obra dadaísta como la del urinario de Munch, mi corazón no se desboca, ni mi alma se dispara. En cambio, ponedme delante un retrato fauvista o una obra de los grandes maestros expresionistas alemanes y comprobaréis como mis instintos más animales y pasionales hacen que se me inflen las pelotas de placer. Vamos, que innovaciones como las de este par de dos (buena gente, eso sí) a mí me dejan bastante frío, por no decir que me ponen de bastante mala hostia. Desde el cariño lo digo, eso sí.
LA DÉBIL: lo de esta nueva banda madrileña ya es harina de otro costal. Comenzaron su actuación en el que se centraron en presentar su primer e interesante primer disco: "Lucha perro", con un tema largísimo cercano también al noise que sonó a infierno y hiel y que me dejó hipnotizado (su música se caracteriza bastante por poseer esta capacidad tan importante). Demostraron que dentro de este género también pueden hacerse joyas como la que ellos interpretaron, cargada de rabia y sobre todo de alma. Posteriormente fueron cayendo temas cada uno de su padre y de su madre, siendo el eclecticismo el adjetivo que mejor define a este grupo. Así hubo temas punk (sé que os parecerá raro, pero algunas de estas canciones me recordaron a las primeras composiciones del Ramoncín de los tiempos de W.C.), temas más rockeros y otros más cercanos al indie más alternativo que formaron un batiburrillo sonoro con mucho sentido que me dejó un gran sabor de boca. La acidez surrealista de sus letras es de lo mejor que he escuchado en mucho tiempo y la energía que desprendieron sobre las tablas fue acojonante. La originalidad de su sonido viene dada por algunas peculiaridades como la de poseer dos bateristas y sobre todo por el hecho de que según el tema, cantaban unos u otros miembros de la banda. Que me agradase tanto su actuación me devuelve la esperanza de que quizás no sea tan pureta como podría pensar y me permite recapacitar sobre un hecho incontestable: por encima de géneros y estilos, lo que está bien hecho, está bien hecho. Y sin duda, La Débil saben muy bien lo que hacen: música de surrealismo barriobajero, con tintes críticos y pesimistas, de ritmos hipnóticos, con “in crescendos” huracanados y sobre todo: con una rabia capaz de encogerte los cojones. Bien por ellos, sí señor.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD (TAMPOCO ESTARÍA DE MÁS QUE LO HICIESEIS EN LA PUBLICIDAD DE ESTE BLOG, QUE LA COSA ESTÁ MUY MALA)- enlace a un fragmento de un tema en directo de La Débil en la sala Sidecar de Barcelona: http://www.youtube.com/watch?v=8WjB6cTa5Ok

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