jueves, 11 de noviembre de 2010

DESCONCIERTOS (SCHOOL OF SEVEN BELLS)



Concierto celebrado ayer en El Sol (Madrid). Público: 100 personas aproximadamente.

La banda neoyorquina presentó en la capital su segundo disco: “Disconnect from Desire” con un cambio importante con respecto a su anterior trabajo: la hermana gemela de Alley Deheza, Claudia, ha abandonado la formación definitivamente. Los espectaculares duelos vocales que ambas protagonizaron en “Alpininisms” por lo tanto han desaparecido. No obstante este nuevo largo sigue conservando la misma esencia sonora que caracterizó al predecesor y lo cierto es que Alley, todo hay que decirlo, se basta y se sobra ella solita para arremolinar todo lo que se ponga a su paso, con su delicada pero a la vez imponente voz. Una voz que sobre y por encima de cualquier otra comparación que me venga a la cabeza, me recordó ayer sobremanera a la de la ya fallecida cantante israelí Ofra Haza, que seguramente así a bote pronto no os sonará, pero que muchos reconoceréis si os digo que colaboró con Sisters of Mercy en uno de los mejores temas que se han hecho en la década de los noventa: “Temple of love”. Es cierto que también por momentos y es algo que no quiero obviar, la voz de Alley se asemejó bastante a la de la Björk más sensual. Con estas comparaciones ya os podéis imaginar que el tópico de que la señorita Deheza ayer cantó como los ángeles, es algo que en esta ocasión puedo emplear sin ningún tipo de temor a equivocarme. Pero, School of seven bells, es algo más que una hermosa voz y de eso tiene la culpa Benjamín Curtis, guitarrista y compositor de todas las melodías que de forma tan elegante defendió ayer este grupo sobre las tablas. Curtis ha conseguido crear un sonido personal e irrepetible cimentado en unas sonoridades atmosféricas ora más lumínicas, ora más oscuras y opresivas, que podrían ser definidas como un pop/rock casi etéreo evocador de paraísos e infiernos no terrenales con altas dosis (capas y capas sonoras) de electrónica que en parte me traen a la mente a los italianos Drink to me, de los que he hablado también recientemente en este blog (entrada de ayer). Que los paisajes sonoros creados por School of seven bells, evoquen sensaciones que parecen estar alejadas de cualquier elemento tangible es algo totalmente premeditado, de hecho, en la portada de su nuevo álbum aparece un Sigil, que es un símbolo al que se le atribuyen poderes mágicos y que resulta de la unión de varias figuras, y que también seguramente, tenga relación con esa mayor oscuridad, casi cercana al ocultismo que inunda todo el disco, sobre todo en las fabulosas: “Windstorm” y “Heart is strange”. En resumen, School of seven bells es una de esas “raras avis” que por méritos propios acabará convirtiéndose en una banda de culto, de la que seguiremos hablando con placer con el paso de los años.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD (TAMPOCO ESTARÍA DE MÁS QUE LO HICIESEIS EN LA PUBLICIDAD DE ESTE BLOG, QUE LA COSA ESTÁ MUY MALA)- enlace al videoclip del tema "Windstorm" de School of seven bells: http://www.youtube.com/watch?v=nWtXttiKBzs

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