DESCONCIERTOS (EDREDÓN Y MAYA)

Concierto celebrado el pasado viernes 21 de Enero de 2011 en El Sol (Madrid). Público: ½ entrada.

Para todos aquellos que disfrutamos con propuestas artísticas profundas y oscuras (de las de verdad, no de las de palo en la onda de grupos como Laguna, de los que ya he hablado en este blog -entrada del 12 de Septiembre de 2010-, que comandan una nueva tendencia dentro de la música de este país, inspirada en la estética propia del rock gótico y el post punk, pero que realmente suenan a canción de patio de colegio, eso sí, entonada con voces que intentan parecer más cavernosas de lo que son, como las de esos adolescentes que para hacer ver que ya son hombres, pronuncian todas sus palabras con graves falsetes que lo único que provocan es el descojone generalizado) y que necesitamos inundar nuestros espíritus con un pesimismo constante enmarañado en telarañas de tonos negros, muy negros; porque y pese a que haya gente que no lo entienda, eso nos provoca un gozo casi enfermizo e inexplicable, la de este viernes fue una gran noche. La noche de los espíritus que bebieron del profundo abatimiento con que nos empaparon Maya y Edredón, para acabar resucitando con la mejor de las sonrisas.

Para los habituales del barrio de Malasaña, Óscar y Magin, o lo que es lo mismo, el dúo Maya, son ya viejos conocidos. Lástima que no lo sean para un público más mayoritario, porque su propuesta musical posee una calidad innegable y su clase y talento sobre el escenario deberían haberlos encumbrado a un escalafón al que por desgracia, últimamente en España sólo llegan mamarrachos y productos y subproductos facilones, de morros y tetas operados, pertenecientes a ese espectro del llamado pop comercial, o lo que es lo mismo: “tengo tipazo y/o cara bonita, no se tocar, no compongo ni una puta letra, pero he participado en un concurso televisivo, soy el rey del karaoke de mi pueblo cuando canto el “Vivir así es morir de amor” de Camilo Sexto, doy volteretas en el aire, trago con todo lo que me echen (será por rodilleras), he participado en el memorable festival de Eurovisión, enseño mis domingas en el Interviú… y a cambio soy portada del Súper Pop, estoy en el top five de los Cuarenta, mis discos están en los estantes más visibles de las grandes superficies, me promocionan en todas las cadenas de telebasura, grabo politonos y me cago en la puta madre que parió a todos los gilipollas que apoyan la verdadera música de calidad, casi siempre englobada dentro de la categoría de lo independiente (no quedan más cojones), como la que defiende este servidor que aquí escribe, mientras me codeo con famosas y famosos de medio pelo como yo, en las discotecas más in o chic o su puta madre, siempre pendiente de si algún inocente futbolista, empresario o todo hijo de vecino que tenga una buena cuenta corriente, sufre un desliz y me deja que una noche le coma la polla para luego vivir del cuento cobrando una pasta por contarlo en televisiones y revistas de cotilleos, o bien, si su gilipollez llega ya a extremos inverosímiles y se enamora de mí, acabo viviendo a cuerpo de rey o de reina”. Y después de quedarme a gusto, vuelvo al tema en cuestión, que no es otro que reconocer el enorme talento que posee el dúo Maya. Óscar a la batería y Magin (voz y guitarra) se sirvieron ellos solitos para inundar de una exquisita atmósfera oscura y profunda toda la sala. Su sonido bebe del rock gótico clásico en la onda de grandes bandas como The sisters of mercy y del post punk también clásico de a su vez otros grandes como los Joy Division. Pero todo ello pulido y renovado con toques de krautrock y una comedida pero intensa distorsión que hacen de temas como “We are the special guests”, “The second coming” o “Kandy” toda una delicia para los oídos. No quiero concluir esta parte dedicada a este grupo sin citar a la banda paralela en la que también toca Óscar: Project:Komakino, comandada por el británico Kris Kane y con la que publicaron uno de los mejores discos de post punk del año pasado: “The:struggle:for:utopya”, que recomiendo encarecidamente y que hará las delicias de todos aquellos que gusten de bandas como Interpol. Buenos músicos y sobre todo, muy buena gente.

Edredón (la elección de su nombre más en la onda de grupos propios del tonti-blandi-chiqui pop más recalcitrante no les hace justicia, ¿pero en qué cojones estabais pensando?) defendieron en directo su primer disco homónimo y presentaron algunos nuevos temas como “Agua brava” que no hacen más que confirmar lo que ya es una realidad: el quintento madrileño ha renovado con su estilo cimentado en melodías oscuras y de abigarramiento sonoro, la música electrónica del panorama independiente estatal. Eminentemente instrumentales, las canciones de Edredón son un cúmulo de melodías profundas de larga duración, plagadas de matices y formadas por cientos de capas sonoras que interseccionan, luchan entre sí, suben, bajan, se aparean entre ellas, se separan después, vuelven a reencontrarse, juegan, pelean y se reconcilian creando un todo casi espiritual y lisérgico que en los temas más fenéticos como la psicodélica y psicótica “Canguro” (con la que cerraron de forma apoteósica su actuación) o la cósmica “Querido pedagogo” consiguieron llevarme al delirio, pero que con otros temas de ritmo más pausado y de una casi enfermiza lentitud como “La bola de los anillos” llegaron a rozar peligrosamente la delgada línea que separa el gozo del pozo, pecando de un repetitivismo cercano al tedio. Pese a todo su calidad es innegable y han sido capaces de crear un sonido original que es digno de halago. El ejemplo perfecto de cómo la oscuridad puede llegar a inundar de luz la más hastiada de las almas. Buen concierto también el suyo, para cerrar una noche redonda.

CLICKAD MALDITOS, CLICKAD (TAMPOCO ESTARÍA DE MÁS QUE LO HICIESEIS EN LA PUBLICIDAD DE ESTE BLOG, QUE LA COSA ESTÁ MUY MALA)- enlace al videoclip del tema "Querido pedagogo" de Edredón: http://www.youtube.com/watch?v=tBR59blPPMQ