CUÁNTICO: numerosísima banda en la que se apuesta por un pop atmósferico, de ambiente casi chill-out, con influencias claras de Coldplay y con momentos casi esotéricos, al más puro estilo de Björk. Con un déficit claro: el de la voz de su cantante que pese a los efectos utilizados para distorsionarla no consigue evitar que sea y suene excesivamente floja. No obstante, lo de Cuántico es una propuesta más instrumental (violín, saxo y teclado, enriquecen a las habituales guitarras, batería y bajo) que otra cosa y quizás por eso, que la voz del cantante falle bastante, no es tan determinante como en el caso de otros grupos.
CUÁNTICO (Y 2): lo que sí deberían intentar arreglar es la excesiva sosez de muchos de sus temas, porque lo que ganan con su excelente ejecución lo pierden con una propuesta demasiado plana y anodina que no acaba de enganchar y que hizo que su concierto fuese un tanto aburridillo pese a un final (que bien podría haber formado parte de la banda sonora de una película épica de guerreros, duelos y castillos medievales), más que interesante. Cuántico por lo que pueden llegar a ser, si encuentran un estilo más personal, merecen por tanto el beneficio de la duda.
THE BLEACH: jovenzuelos descarados que todavía se tienen que hacer, pero que no tienen mala pinta. Con su primer álbum, "Shinning Blackout" a punto de publicarse, demostraron que son capaces de llenar un escenario como el de El Sol (lo que no es nada fácil) y conectar con el público. Su música está claramente influenciada por el rock clásico de los setenta y es más que evidente su gusto por The Stooges. A destacar, la forma de tocar la guitarra de Ureña y Olivares: fantásticos en muchos momentos de la noche. Y a destacar también la aparición sobre el escenario de una cantante femenina invitada en dos temas (no sé ni su nombre, lo siento), con una presencia desbordante y una voz "decibélicamente" arrolladora. Seguro que si The Bleach siguen en esta línea y maduran adecuadamente serán una banda muy a tener en cuenta.
DJ HOMEBOY: el residente del Low Club comenzó a enlazar de forma fluida y maravillosa hit tras hit, haciendo que hasta los cojos bailasen; y demostró lo que debe ser un buen dj y no un simple "ponediscos".
DJ ES: mucho más flojo y previsible. Su sesión ya no fue tan fresca y no enganchó tanto con la parroquia, pese a algunas rarezas que a mí sí me llamaron la atención.
DJ ALIAS JULIO: para cuando nuestro Julito, residente de El Sol (qué bien suena esto de "residente", siempre había querido escribir esta palabra en alguno de mis textos) se metió en la cabina, en la sala ya sólo había cuatro gatos (no olvidemos que ayer fue martes) y acabó pinchando casi sólo para los de la casa. Si queréis verlo de verdad, en acción, sólo tendréis que pasaros por El Sol, de jueves a sábado; y luego me lo contáis.
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