INLOGIC (ASÍ, COMO SUENA Y 2): sin lugar a dudas, la voz de Óscar es lo más destacable de Inlogic. Una voz bonita y llena de registros, potente y arrolladora. Tanto que por momentos recordaba a la del gran Dave Gahan (Depeche Mode) para luego volverse más armoniosa y asemejarse a la de Brian Molko (Placebo) e incluso desgarrarse hasta límites a los que sólo creí que podía llegar Mike Patton (mis adorados Faith no more). Un eclecticismo arrollador de variedades tonales que muy pocos cantantes poseen y que sin duda (bien encauzado) puede dar mucho que hablar. Y el resto de la banda, secundando de forma soberbia. Logrando desgranar temas más que aceptables, sin bajar la intensidad pero (y este es el mayor problema de la banda) sin poseer ningún "hitazo" rotundo de esos que sirven para engrandecer un proyecto.
INLOGIC (ASÍ, COMO SUENA Y 3): con estas buenas sensaciones, las de que el grupo Inlogic, puliendo algunos defectillos y creciendo actuación tras actuación, podrían convertirse en una banda a tener muy en cuenta, transcurrió su actuación durante una hora. Óscar anunció su despedida y ofrecieron quince minutos más de gran intensidad con varios guiños musicales, en forma de versión, a Blur y a The Beattles. Y aquí debería haber terminado el concierto, dejando un muy buen sabor de boca. Pero no fue así...
INLOGIC ("ABERRAOS"): como ya os había dicho al principio de esta crónica, el exceso de energía desbocada que nos ofrecieron durante cuarenta y cinco minutos más, que nunca tuvieron que existir, tiró por tierra todo lo que se habían ganado a pulso durante la hora y cuarto anterior. La banda se comenzó a gustar demasiado y comenzaron a enlazar una serie de largos monólogos infantiloides y pueriles sin gracia, entremezclados con patochadas de todo tipo, Óscar se olvidó de afinar su voz y comenzó a soltar gritos y chillidos como los de un cerdo en un matadero, el resto de la banda se dedicó a aporrear sus instrumentos y consiguieron que su música se convirtiera en chiste.
INLOGIC ("ABERRAOS" Y 2): lo que ellos pretendieron que fuese un éxtasis final se convirtió en gamberrada malsonante, tanto que lo único que provocaron fueron mis ganas de subir al escenario a quitarle el micro al cantante de un hostiazo. Si después de doscientas veces, se le ocurre gritar una última vez: "Vamos, peña", me,le,los,nos mato. Y es que como muy bien dijo mi querido amigo Raúl, los Inlogic se habían "aberrao". El poder oír esta palabra de sus labios (en el metro, en la calle, en los bares, ya sólo escuchas "tronco", "tía", "mola", "mazo" y demás mierdas y palabras tan hermosas como "berraco", "aberrado", "rumiar", "rocambolesco"..., se están perdiendo a pasos agigantados) fue lo único bueno de esos cuarenta y cinco minutos finales. Y es que no había mejor manera de definir lo que allí estaba sucediendo. Aberrar: del latín aberrare, "apartarse del camino", "equivocarse".
INLOGIC ("ABERRAOS" Y 3): así que o mucho pulen este defecto o mal les pinta. Porque hasta para querer aberrar hay que saber hacerlo: como lo hizo en su día Kurt Cobain al frente de Nirvana, o Jim Morrison al frente de The Doors o como lo hicieron sin necesidad de cruzar el charco, los maravillosos "aberradores" Psilicon Flesh. Si Inlogic se centrar en tocar y olvidan las moñerías, los monólogos vacíos (un cantante canta, ni más ni menos, los chistes para los cómicos) y las "tontás", serán un buen grupo. Si no es así, lo van a tener muy negro.
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