lunes, 20 de diciembre de 2010

DESCONCIERTOS (KLAUS & KINSKI)



Concierto celebrado este pasado sábado en El Sol (Madrid). Público: 150 personas.

El eclecticismo que ha caracterizado y caracteriza la música de esta banda murciana desde sus primeros pasos, es paradójicamente proporcional al sinfín de sensaciones contradictorias que me provocaron durante su actuación. Por un lado, consiguieron agradarme sobremanera con sus temas más oscuros: “Ya estaba así cuando llegué”, “Ley y moral” y “Eres un sinvergüenza” (todos ellos pertenecientes a su último álbum “Tierra, trágalos” publicado este mismo año), catalogables dentro de lo que se podría denominar como un pop atmosférico casi onírico, con toques sixties, noise e incluso psicodélicos, de brillantes letras y hermosamente facturado y ejecutado. Por otro, consiguieron hastiarme con temas como esa especie de pasodoble moderno que es “El rey del mambo y la reina de Saba”; esa especie de revisión del clásico del techno que fue en su día el “Me estoy volviendo loco” de “Azul y Negro”, que es “Brilla como una estrella”; y sobre todo con “Deja el odio para después de comer” (bossa nova), “Forma, sentido y realidad” (música disco) y “Sobria y serena” (que se acerca ya demasiado peligrosamente al tonti pop más recalcitrante). Por un lado, son capaces de firmar letras de una enorme maestría como la de esa joya que es “Mamá no quiero ir al colegio” y por otro, otras de una más que dudosa calidad como la de la ya citada anteriormente “Sobria y serena”. Por un lado, la parte meramente instrumental consiguió subyugarme por momentos, sobre todo la labor de Pilar Crespo al violín que toca con ese pulso tan propio de los músicos balcánicos y las guitarras de un Alejandro Martínez, que es la verdadera alma del grupo, pero por otro lado y pese a reconocer el buen hacer técnico de todos los miembros de Klaus & Kinski en general, su forma tan apática de tocar, su falta de garra y su excesiva frialdad derivaron en un insulsismo que acabó por hacer de su concierto una condena demasiado larga. Por un lado opino que la voz de Marina Gómez empobrece el conjunto de unas composiciones que con otra vocalista con mayor fuerza y presencia sonarían mucho mejor, pero por otro he de reconocer que su labor al frente de la banda es más que importante y que consiguió hacerme reír y mucho con sus soberbias locuciones entre canción y canción (algo nada habitual). Por un lado, su enorme eclecticismo les ensalza como a una banda novedosa, inclasificable y muy original, lo que ya es mucho decir, pero por otro también acaba provocando la sensación de  que ese “de todo un poco” que define sus discos y sus directos acaba convirtiéndose en un “poco de todo” que llega a ser a veces demasiado insufrible como esa versión del “Ritmo de la noche” que se marcaron.
En fin, una mezcla de estilos, un remolino de sonidos y un batiburrillo de sensaciones y sentimientos también muy difíciles de definir. Capaces de lo mejor y de lo peor. Y yo incapaz de comprenderlo y de comprenderlos. En definitiva, un “ni sí, ni no, sino todo lo contrario”.
CLICKAD MALDITOS, CLICKAD (TAMPOCO ESTARÍA DE MÁS QUE LO HICIESEIS EN LA PUBLICIDAD DE ESTE BLOG)- enlace al videoclip del tema "Mamá no quiero ir al colegio" de Klaus & Kinski: http://www.youtube.com/watch?v=5eR6EkidjiU

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